CAL 146,4 · HC 25,8 · PR 1,9 · GR 3,2 [100 GRS DE CREMA]
Las castañas pertenecen al otoño y me hacen olvidar la caída de las hojas, los abrigos, los guantes y las horas de luz. También la preparación de esa navidad plastificada de los anunciantes de cosas que no nos hacen falta [ni lo harán nunca].
Tengo una amiga que tiene un padre que a su vez tiene un huerto que tiene árboles que dan castañas. Y tengo castañas. Muchas.
Una hermosa y desafiante montaña de castañas redondas, otoñales, y en su interior un incipiente ejército de gusanos gorditos y blancos que se las comen con un trabajo laborioso y tenaz.
Cuando tengo muchas castañas, las escaldo [se hace una incisión, y se sumergen dos o tres minutos en agua hirviendo] y las congelo ya peladas. Quiero ser benevolente con los gusanos gordos de mis castañas, y les concedo siempre las que ya han empezado, pero si les dejo se las zampan todas, y no puede ser.
Una vez peladas [aborrecida y jurando no volver a aceptar castañas del huerto de ningún padre de ninguna amiga de ningún pueblo de ningún mundo] aparté 200 gramos para esta preparación.
Se trata de un postre sencillo, campesino y campechano, convertido en la estrella de las Navidades. Algo así como una princesa del pueblo, esta vez en forma de castaña.
He respetado la integridad de la crema de castañas y chocolate de #TiaAlia, y reemplazado los sobaos por pan de leche, ya que si ambos son colaboradores necesarios para pecar, también son bastante flexibles, y declaro en favor del pan de leche que es mucho menos graso que los sobaos y que además lo hice integral, para calmar ese pequeño resquicio de conciencia que a veces me da la lata con las cosas que
No quiero llevar a confusión: castañas, leche desnatada, fructosa, un poco de chocolate puro. Nada pecaminoso, incluso sumando pan integral y ron. Todo suma muy pocas calorías y apenas nada de grasa, es razonablemente sano y podemos reincidir con la conciencia bien alta. Las castañas son muy agradecidas.
Las castañas, doy por sentado que Alia las cocía con agua. Me parece bien. La leche desnatada es tan insustancial, que sin miedo de hacer una barbaridad, las he cocido directamente en la leche.
Para darles más postín y mejor pose, de alta alcurnia repostera, y de pitiminí detallista [soy más bruta que un arao pero pongo un postre así y parezco más glamourosa que la preysler, no veas como doy el pego], he presentado la crema en bocaditos. Cuando menos comida hay, más fino parece que queda. Qué cosas.
INGREDIENTES
Castañas, 200 grs [peso de los frutos ya pelados, en crudo son 300 grs]
Leche desnatada, 150 ml + 50-100 ml
Fructosa, 20 grs
Chocolate negro, 30 grs
Pan de leche, el necesario
Ron para pintar el pan de leche
MODUS OPERANDI
Las bases
Lo primero de todo, es preparar un buen pan de leche, yo he usado este, lo he hecho integral al 65%. También puedes usar pan de molde, o comprarlo ya hecho. Este pan de leche me resulta ideal para estas preparaciones, se corta bien en láminas finas y absorbe de maravilla los líquidos.
Cortamos rebanadas lo más finas posibles de nuestro pan de leche. Con un cortapastas, sacamos círculos, en este caso los he sacado muy pequeños para que fueran bocaditos. Los aplanamos con un rodillo [o con el culo de un vaso] y los pintamos con ron.
Los metemos al horno, a 180º unos 10 minutos. Ojo que no se quemen, solo los queremos crujientes!
La crema
Partimos de que tenemos 200 grs de castañas peladas. Comencemos.
En un cazo ponemos 150 ml de leche y todas las castañas, y las cocemos hasta que estén muy blandas, unos 20 minutos bastarán.
Las sacamos, y trituramos las castañas junto con la leche sobrante del cazo, que no será mucha, hasta obtener un puré muy pastoso y denso. Le añadimos si hace falta 50-100 ml más de leche para aligerarlo, y ayudar a que se quede un puré fino y bien triturado. Devolvemos todo al cazo y lo calentamos de nuevo.
A este puré le añadimos ahora, en caliente, la cucharada de fructosa y el chocolate rallado, o al menos partido en trozos pequeños para que funda bien y se integre.
Lo trabajamos en el cazo hasta que tenga la textura que queremos. Podemos añadir leche si vemos que falta, o reducir la crema el tiempo que necesite.
Yo la he dejado más bien densa, como podéis ver en las fotos. Para este acabado usé en total 200 grs de leche y lo reduje durante dos o tres minutos, no necesité más.
Para montarlo, ponemos la crema en una manga pastelera y la repartimos en las bases. Se sirve inmediatamente, si lo dejamos mucho tiempo, el pan se reblandecerá. Es mejor tenerlo todo preparado y liarse con la manga en el último momento, si se puede.