CAL 193,5 · HC 12,3 · PR 8,0 · GR 13,5 [POR RACIÓN]
No puedo hacer el payaso en una introducción a una receta, que he hecho en homenaje a una compañera que se ha marchado.
Me ha dado por pensar en que tengo un recuerdo culinario de todas las personas que no están ya en mi vida. Es curioso, verdad? A veces, hago ciertas comidas para acordarme de ellos.
El primero en irse fue mi abuelo paterno, al que siempre recordaré por sus migas, que eran conocidas y reconocidas, que hacía en unos calderos enormes que hasta hace bien poco colgaban en una pared del patio de la casa de mi abuela, sin uso desde que él nos dejó. Y el regaliz de palo que me traía del campo... como me gustaba!
A mi abuela paterna me la recuerda el arroz con leche. Ella me consentía el capricho de tener siempre arroz con leche cuando yo comía en su casa, y a veces pasaba allí veranos enteros. Sigue siendo mi postre favorito. Nunca ha sido destituido por ningún tipo de tarta esatratosférica, cupcake aburguesada o macaroon pijo.
También recuerdo a mis abuelos en el campo, porque tenían unas pequeñas tierras, lo típico de los pueblos, y allí nos íbamos todos juntos a plantar espárragos o a regar, con nuestras tortillas, las ensaladas camperas y el porrón de vino con gaseosa.
Mi abuelo materno me recuerda a los caracoles, y en lugar de porrón usaba bota de vino. No los cocinaba, a decir verdad nunca le vi cocinar, pero los traía del campo, y los purgábamos durante horas en enormes barreños de agua, y y los cocinaban las mujeres de la casa...
Mi abuela materna me trae a la memoria los macarrones con chorizo. A día de hoy, debo decir que no me gustan demasiado, de hecho siempre me pareció un poco fuerte el sabor del chorizo cocinado, pero me recuerdan tanto a ella, que me ponen tierna.
Mis abuelos maternos además siempre me traen un recuerdo muy bonito. Ella cocinando, en la planta baja, y él en la planta alta de la casa, gritando por el hueco de la escalera
- Teresaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, Tereeeeeeeeeeeeeeesaaaaaaaaaaaaa
- Que quieres?
- A tiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
Mi abuela se enrabietaba, ya está este hombre diciendo tonterías pero era tierno, no os parece? Y lo hacía en el momento de hacer la comida, porque sabía que ella no iba a subir a regañarle si tenía la comida en el fuego.
Ellos tenían una de esas historias bonitas, de seminarista madurito y novicia tirando a solterona, que se conocen, mandan a paseo los votos y se casan.
He elegido las hamburguesas vegetarianas para establecer así un recuerdo de Carolina, la autora del blog "Bocadillo suculento", porque es una receta que he intentado mil veces, y por lo general, se me resiste.
Ahora, no solo he conseguido que me salgan, sin grandes estropicios de por medio, sino que además cada vez que las cocine, no podré evitar un recuerdo a Carolina, que las hacía para su marido, que es vegetariano, y que con esta receta encontró las hamburguesas que más les habían gustado a todos.
Esta vez he estudiado detenidamente todos los problemas que me dan siempre estas pequeñas, y en la explicación, os detallo como los he ido resolviendo...
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INGREDIENTES
[6-8 MINI HAMBURGUESAS, 2 RACIONES]
Champiñones, 10 uds
Pimiento rojo, un cuarto [de uno grande]
Puerro, uno mediano, solo la parte blanca
Calabacín, un trozo pequeño [un cuarto, más o menos]
Cebolla, un cuarto
Ajo, un diente
Jengibre rallado, al gusto [o la especia que nos apetezca]
Perejil fresco, una pizca
Huevo, uno
Pan rallado, el necesario [o salvado de avena o de trigo]
Todos los ingredientes son un poco a ojo, echamos lo que más nos guste o lo que tengamos a mano.
Para acompañar:
Pan integral de molde tostado
Mostaza antigua
Manzana salteada
Un poco de ensalada de col, manzana, pasas y nueces aliñada con una vinagreta básica
MODUS OPERANDI
Aunque las hamburguesas vegetarianas son bastante endemoniadas de hacer, si tomamos algunas precauciones puede que nos compliquen menos la existencia...
La técnica es muy sencilla: Picamos todos los ingredientes muy pequeños [lo hice con un robot de cocina], los pochamos con un poco de sal, pimienta, y las especias y hierbas, a fuego medio durante unos 15 minutos hasta que dejen de soltar líquido, los retiramos del calor y los dejamos templar.
Añadimos en un bol toda la verdura, el huevo y el pan rallado, y lo mezclamos hasta tener una mezcla mínimamente compacta.
Formamos las hamburguesas. Para esto, necesitaremos un aro de emplatar. Ponemos el aro en la sartén, lo rellenamos con mezcla, y lo dejamos un minuto. Pasado este tiempo lo podemos retirar y formar la siguiente hamburguesa.
Les vamos dando la vuelta con una espátula ancha que coja la hamburguesa entera de una vez, para que no se desbarate en el proceso. Y lo hacemos rápido.
COSAS A TENER EN CUENTA...
Asegúrate de que cuando pochas la verdura, no quede absolutamente nada de líquido sin evaporar. El líquido es tu peor enemigo.
El jengibre o las especias, puedes añadirlas en el momento de pochar las verduras si quieres un sabor más matizado, o en el momento de mezclar todo. Yo lo hice aquí, puse muy poco y era fresco, de modo que dio bastante sabor.
Usa la mejor sartén que tengas, esa que no se pega nada nunca ni por asomo. La que guardas en la caja fuerte y solo usas tú. Y píntala con aceite, con un pincel, no eches un chorretón y te olvides.
Deja que se cocinen a fuego medio un ratito, no tengas prisa, o no cuajarán bien y se desarmarán enteras cuando las quieras dar la vuelta. La parte de debajo debe estar crujiente y bien cocinada, de lo contrario, convertirás las hamburguesas en un revuelto vegetal.
Para dar la vuelta, usa una espátula muy ancha y hazlo rápido. Si tienes problemas, puedes hacer una cosa: corta dos trozos de papel de horno del tamaño de tu hamburguesa, y pon un trozo de papel debajo del aro de emplatar [antes de poner la mezcla de hamburguesa], y otro sobre la hamburguesa [cuando lo hayas retirado]. No pasa nada, se cocinará igual sobre el papel, y a la hora de darle la vuelta, te facilitará mucho la vida. Aunque no quedará igual de tostada, es mejor que lo hagas solo si ves que no hay forma con la mezcla y no le puedes dar la vuelta.
No desesperes, hay que tener paciencia, son tan blanditas y tan inconsistentes que no son nada fáciles de hacer, pero con un poco de paciencia, de verdad que salen. Solo tenéis que ver las fotos, una sartén, un poco de tiempo y una buena espátula.
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Me siento triste.
No puedo hacer el payaso en una introducción a una receta, que he hecho en homenaje a una compañera que se ha marchado.
Me ha dado por pensar en que tengo un recuerdo culinario de todas las personas que no están ya en mi vida. Es curioso, verdad? A veces, hago ciertas comidas para acordarme de ellos.
El primero en irse fue mi abuelo paterno, al que siempre recordaré por sus migas, que eran conocidas y reconocidas, que hacía en unos calderos enormes que hasta hace bien poco colgaban en una pared del patio de la casa de mi abuela, sin uso desde que él nos dejó. Y el regaliz de palo que me traía del campo... como me gustaba!
A mi abuela paterna me la recuerda el arroz con leche. Ella me consentía el capricho de tener siempre arroz con leche cuando yo comía en su casa, y a veces pasaba allí veranos enteros. Sigue siendo mi postre favorito. Nunca ha sido destituido por ningún tipo de tarta esatratosférica, cupcake aburguesada o macaroon pijo.
También recuerdo a mis abuelos en el campo, porque tenían unas pequeñas tierras, lo típico de los pueblos, y allí nos íbamos todos juntos a plantar espárragos o a regar, con nuestras tortillas, las ensaladas camperas y el porrón de vino con gaseosa.
Mi abuelo materno me recuerda a los caracoles, y en lugar de porrón usaba bota de vino. No los cocinaba, a decir verdad nunca le vi cocinar, pero los traía del campo, y los purgábamos durante horas en enormes barreños de agua, y y los cocinaban las mujeres de la casa...
Mi abuela materna me trae a la memoria los macarrones con chorizo. A día de hoy, debo decir que no me gustan demasiado, de hecho siempre me pareció un poco fuerte el sabor del chorizo cocinado, pero me recuerdan tanto a ella, que me ponen tierna.
Mis abuelos maternos además siempre me traen un recuerdo muy bonito. Ella cocinando, en la planta baja, y él en la planta alta de la casa, gritando por el hueco de la escalera
- Teresaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, Tereeeeeeeeeeeeeeesaaaaaaaaaaaaa
- Que quieres?
- A tiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
Mi abuela se enrabietaba, ya está este hombre diciendo tonterías pero era tierno, no os parece? Y lo hacía en el momento de hacer la comida, porque sabía que ella no iba a subir a regañarle si tenía la comida en el fuego.
Ellos tenían una de esas historias bonitas, de seminarista madurito y novicia tirando a solterona, que se conocen, mandan a paseo los votos y se casan.
He elegido las hamburguesas vegetarianas para establecer así un recuerdo de Carolina, la autora del blog "Bocadillo suculento", porque es una receta que he intentado mil veces, y por lo general, se me resiste.
Ahora, no solo he conseguido que me salgan, sin grandes estropicios de por medio, sino que además cada vez que las cocine, no podré evitar un recuerdo a Carolina, que las hacía para su marido, que es vegetariano, y que con esta receta encontró las hamburguesas que más les habían gustado a todos.
Esta vez he estudiado detenidamente todos los problemas que me dan siempre estas pequeñas, y en la explicación, os detallo como los he ido resolviendo...

INGREDIENTES
[6-8 MINI HAMBURGUESAS, 2 RACIONES]
Champiñones, 10 uds
Pimiento rojo, un cuarto [de uno grande]
Puerro, uno mediano, solo la parte blanca
Calabacín, un trozo pequeño [un cuarto, más o menos]
Cebolla, un cuarto
Ajo, un diente
Jengibre rallado, al gusto [o la especia que nos apetezca]
Perejil fresco, una pizca
Huevo, uno
Pan rallado, el necesario [o salvado de avena o de trigo]
Todos los ingredientes son un poco a ojo, echamos lo que más nos guste o lo que tengamos a mano.
Para acompañar:
Pan integral de molde tostado
Mostaza antigua
Manzana salteada
Un poco de ensalada de col, manzana, pasas y nueces aliñada con una vinagreta básica
MODUS OPERANDI
Aunque las hamburguesas vegetarianas son bastante endemoniadas de hacer, si tomamos algunas precauciones puede que nos compliquen menos la existencia...
La técnica es muy sencilla: Picamos todos los ingredientes muy pequeños [lo hice con un robot de cocina], los pochamos con un poco de sal, pimienta, y las especias y hierbas, a fuego medio durante unos 15 minutos hasta que dejen de soltar líquido, los retiramos del calor y los dejamos templar.
Añadimos en un bol toda la verdura, el huevo y el pan rallado, y lo mezclamos hasta tener una mezcla mínimamente compacta.
Formamos las hamburguesas. Para esto, necesitaremos un aro de emplatar. Ponemos el aro en la sartén, lo rellenamos con mezcla, y lo dejamos un minuto. Pasado este tiempo lo podemos retirar y formar la siguiente hamburguesa.
Les vamos dando la vuelta con una espátula ancha que coja la hamburguesa entera de una vez, para que no se desbarate en el proceso. Y lo hacemos rápido.
COSAS A TENER EN CUENTA...
Asegúrate de que cuando pochas la verdura, no quede absolutamente nada de líquido sin evaporar. El líquido es tu peor enemigo.
El jengibre o las especias, puedes añadirlas en el momento de pochar las verduras si quieres un sabor más matizado, o en el momento de mezclar todo. Yo lo hice aquí, puse muy poco y era fresco, de modo que dio bastante sabor.
Usa la mejor sartén que tengas, esa que no se pega nada nunca ni por asomo. La que guardas en la caja fuerte y solo usas tú. Y píntala con aceite, con un pincel, no eches un chorretón y te olvides.
Deja que se cocinen a fuego medio un ratito, no tengas prisa, o no cuajarán bien y se desarmarán enteras cuando las quieras dar la vuelta. La parte de debajo debe estar crujiente y bien cocinada, de lo contrario, convertirás las hamburguesas en un revuelto vegetal.
Para dar la vuelta, usa una espátula muy ancha y hazlo rápido. Si tienes problemas, puedes hacer una cosa: corta dos trozos de papel de horno del tamaño de tu hamburguesa, y pon un trozo de papel debajo del aro de emplatar [antes de poner la mezcla de hamburguesa], y otro sobre la hamburguesa [cuando lo hayas retirado]. No pasa nada, se cocinará igual sobre el papel, y a la hora de darle la vuelta, te facilitará mucho la vida. Aunque no quedará igual de tostada, es mejor que lo hagas solo si ves que no hay forma con la mezcla y no le puedes dar la vuelta.
No desesperes, hay que tener paciencia, son tan blanditas y tan inconsistentes que no son nada fáciles de hacer, pero con un poco de paciencia, de verdad que salen. Solo tenéis que ver las fotos, una sartén, un poco de tiempo y una buena espátula.

