Quantcast
Channel: Migas en la mesa
Viewing all 56 articles
Browse latest View live

PAN 80% INTEGRAL CON LEVADURA [TALLER DE ANDAR POR CASA...]

$
0
0


Llevo tiempo queriendo hablar del pan. Mucho tiempo. Hacer pan es casi una forma de ver la vida. Vale, he exagerado un poco. Pero es una forma de entender la alimentación, de buscar lo natural, de amar lo ecológico. Dar vida a una masa madre, cuidarla, mimarla, alimentarla y que esa masa madre te de unos panes aromáticos, ácidos, maravillosos... Es algo que solo puede entender quien haya metido alguna vez las manos en harina.

Hacer pan es toda una ciencia, y resulta asequible, si hacemos pan blanco con harina de trigo. Las cosas comienzan a complicarse al mismo tiempo que a enriquecerse: centeno, espelta, panes integrales.

Yo que siempre hago pan integral, os quiero transmitir toda mi [todavía poca] ciencia, heredada de Peter Reinhart y de Bea [La cocina de Babette]. Es una forma de hacer pan integral que se basa en retardar la fermentación, y da un resultado maravilloso.


Escribiré varios capítulos, haremos masa madre... y lo recopilaré en un .pdf, pero de momento, vamos a empezar por lo más sencillo, un pan mixto blanco-integral hecho con levadura. Con la cantidad justa de harina blanca para que la vida nos sonría.

Y aprenderemos. Juntos. Yo tengo mucho camino por delante. Si me acompañas, será mucho más divertido y descubriremos tantas cosas sobre las harinas, las levaduras y la temperatura del agua... que nuestros panes nunca volverán a ser estos de hoy.

~ ~ ~
LA FÓRMULA
~ ~ ~

Esta es la receta básica para hacer un pan integral al 80% [es decir, que tendrá un 20% de harina blanca] hecho con levadura [en lugar de Masa Madre].

Tendrá una hidratación del 65%. Es el pan que horneo habitualmente en casa, en cualquiera de sus variedades. Los panes blancos básicos tienen un porcentaje de hidratación del 60% pero en el caso de los panes integrales, se puede subir hasta el 70% o incluso más.


INGREDIENTES
[UN PAN DE 750 GRS]

Soaker
Harina blanca, 90 gr
Harina integral, 135 gr
Agua, 150 gr
Sal, 3 gr

Biga [Prefermento]
Harina integral, 225 gr
Agua, 150 gr
Levadura seca, 1,2 gr [o levadura fresca, 3,6 gr]

Resto
Sal, 6 gr
Levadura seca, 1,8 gr [o levadura fresca, 5,4 gr]
Semillas y cereales, al gusto


~ ~ ~
LA RECETA
~ ~ ~

RECETA PARA UN PAN DE TRIGO

Soaker
Harina blanca de trigo, 90 gr
Harina integral de trigo, 135 gr
Agua, 150 gr
Sal, 3 gr

Biga [Prefermento]
Harina integral de trigo, 225 gr
Agua, 150 gr
Levadura seca, 1,2 gr [o levadura fresca, 3,6 gr]

Resto
Sal, 6 gr
Levadura seca, 1,8 gr [o levadura fresca, 5,4 gr]





MODUS OPERANDI



DÍA I. Soaker, biga

Utilizaremos dos boles. En uno mezclamos todos los ingredientes del soaker, hasta que se integren. En otro mezclamos todos los ingredientes de la biga, hasta que se integren. Lo haremos siempre en ese orden para evitar contaminación de levaduras en el soaker.






Los dejamos reposar a temperatura ambiente un rato, digamos 30 minutos, para que las primeras levaduras empiecen su trabajo antes de retardar la fermentación. Y lo metemos a la nevera, donde lo podremos dejar entre 12 y 36 horas, sin problema, fermentando a baja temperatura.

El fermentado a baja temperatura sirve para dos cosas:

...Hace que el pan desarrolle despacito todo su sabor, y que la miga sea maravillosa y perfecta.
...Te permite el lujo de seguir con tu vida mientras haces pan.




DÍA II. Amasado, formado, horneado




Amasado

Sacamos los dos boles de la nevera, y esperamos 30 minutos a que tengan una temperatura más tibia. No es imprescindible, pero sí muy útil y nos facilitará el amasado.

Sobre la encimera donde vayamos a amasar [limpia y seca] ponemos el soaker y la biga, añadimos por encima la sal y la levadura, y comenzamos a amasar. Sólo incorporaremos harina si vemos que el amasado va camino de ser un infierno, y en ningún otro caso.

El resultado en cuanto a docilidad de la masa dependerá de la elección de la harina, la humedad relativa y la temperatura ambiente. Esta masa que suele ser compacta y muy manejable, hoy me ha salido un poco desparramada y sospecho que ha sido por el cambio de casa y con este, de la humedad ambiente.Variaré la hidratación hasta ajustarla. Haz lo mismo, pero lo que debes alterar siempre es el agua, intenta evitar variaciones en la harina porque tanto la sal como la levadura se miden partiendo del peso total de harina.

Es muy útil bajar la hidratación y la cantidad de levadura de los panes en verano, las masas se comportan peor por la humedad ambiente y el calor [el calor hace que las levaduras trabajen a todo trapo y nos puede perjudicar, al darnos panes mucho más ácidos por la generación excesiva de alcoholes y ácidos que son la consecuencia de que las levaduras devoren el gluten demasiado rápido].

Yo bajo la hidratación un 10% aproximadamente, en invierno hago panes entre 70%-75% que en verano pasan a 60%-65%. La elección del porcentaje depende de la harina, pero esto lo veremos más adelante, hay harinas que necesitan más hidratación que otras. Y la levadura la reduzco a la mitad, o cuando uso masa madre, directamente la suprimo.

No es necesario hacer un amasado super intensivo, sino un pequeño ciclo de amasado y descanso:

Amasar 2 minutos - Descansar la masa 5 minutos - Amasar 2 minutos

Si tu masa es difícil, utiliza el amasado francés.




Formado

Para formar el pan es necesario tener las manos mojadas, las masas integrales no son nada dóciles, como las blancas, hay que cogerlas y darles forma con las manos mojadas como si moldeáramos arcilla, hasta que tengamos un pan alargado o redondo, como vayamos a quererlo.

Metemos esta masa en un molde o banetón [yo hace tiempo que siempre uso molde, es más cómodo, y como la base es cerámica, lo cubro con papel de horno y no se pega na de na... no miréis mucho el molde, está destrozado y quemado, pero sigue siendo útil...] y la dejamos levar, cubierto de harina integral de centeno [se pega menos que las demás] y tapado con film transparente, hasta que veamos que en la superficie salen unas burbujitas de aire. En verano tarda 45 minutos, en invierno hasta 3 horas*.

*Truco del almendruco para que el pan leve rápido:
...Poner una manta polar por encima, reduce el tiempo a la mitad
...Hervir agua en un cazo, y meter el cazo al horno o al microondas [da igual mientras sea un compartimento estanco] y poner al lado el pan. Tarda 30 minutos en levar ayudado con el vapor de agua caliente. Le estaremos restando sabor, pero si hay prisa, hay prisa.



Horneado

Este pan se hornea a 225º 10 minutos, se baja a 200º y se continúa unos 25-30 minutos más. Para comprobarlo, sácalo del molde, golpea por debajo y si suena a hueco, está cocido. También puedes clavar un termómetro de cocina y ver que su temperatura interior ha alcanzado los 200º pero es un poco más bruto.






POLLO EN SALSA DE AZAFRÁN

$
0
0
CAL 282,1 · HC 2,9 · PR 30,6 · GR 13,5 [POR RACIÓN]






Siempre he sido una persona muy deportista. A pesar de todo.

Hace algunos años, me compré una bici. No tenía parques ni carril bici cerca de casa, pero sí tenía un coche con un enorme maletero donde cargaba la bici y me la llevaba al pueblo o al parque.

Estas relaciones siempre son un poco así, primero te entusiasmas y el trinomio bici-maletero-parque parece una unión indisoluble, y un buen día el coche desaparece de tu vida y te quedas con la bici, sin el maletero y sin el parque.

Nada muy terrible. Pronto me hicieron un parque precioso y grandísimo a unos pocos minutos andando de casa. Y el Soñador apareció en mi vida, sin bici. Dos personas, una bici, un parque.

Recuperé aquellos patines que me regalaron una vez... sí, aquellos. El parque, la bici y los patines fueron una idea maravillosa... hasta que descubrí que los patines se llevaban mal con mis pies, me hacían un daño terrible, y los regalé.

Y enseguida a unos ladrones se les ocurrió abrir mi trastero y me quedé con el parque, sin los patines y sin la bici.

El parque precioso, eso sí. Para pasear.

Como solución a medias, un día me hice con unos patines de segunda mano, de esos de bota con ruedas normales [no tresenraya] y tan contenta yo esperando que llegara el verano. Y llega el verano, pero yo me mudo de casa. Y ya no tengo parque a unos pocos minutos.

Eso sí, los patines, impolutos.

Y no solo eso. Me han regalado otros. Unos tresenraya modernos de esos, monísimos. Tengo patines para mí, y para alguna amiga que se quiera venir. Los dos patines son, claro está, de mi número, y el Soñador no cabe ni encogiendo mucho los dedos.

Así que salí al mundo a buscar parques. Y encontré. Uno. Y hoy me he ido a dar un paseo, animada por estos primeros rayos de sol. ¿Tendrá pavimento alisado para bicis y patines? ¿O será un carril bici en un lateral del parque? Que nerviosssss...

Pues bien. Es un parque. En el sentido estricto de la palabra. Sin pavimentar ni un centímetro cuadrado. Sin caminitos que lo crucen, más allá de los senderos naturales que ha ido haciendo la gente caminando. Un enooorme solar de tierra y eso sí, mucha hierba sin cortar y muy verde, y hasta árboles. La única inversión en el mantenimiento de ese parque es la lluvia que cae. Que bonito, es. Pero así de primeras, patinar, creo que no voy a patinar mucho.

Vamos, que me veo cogiendo el metro para ir al Retiro a hacer deporte un rato, así es mi vida!

Sólo espero que mi próximo nuevo gimnasio [el antiguo está muy lejos de aquí, y el más cercano es prohibitivo, pero por suerte están construyendo uno no muy lejos de casa] tenga un monitor como mínimo igual de atento que el de antes y de vez en cuando me recuerde que no he ido a pasar la tarde, sino a esforzarme un poco en algo... porque si no... la relación entre mi trasero y mi ropa va a sufrir algunas alteraciones...

Por suerte, mientras tanto, voy sacando de las cocinas de mis víctimas del #asaltablogs recetas ligeritas, para compensar que los patines sigan en su bolsa casi un año después...



INGREDIENTES
[2 PERSONAS]

Pollo, 2 contramuslos con hueso y piel [450 gr]
Cebolla, media [60 gr]
Pimiento rojo, uno pequeño [50 gr]
Ajo, 1 diente
Azafrán, unas hebras
Vino blanco, medio vaso [60 ml]
Sal, pimienta

Guarnición: Tiras de calabacín salteadas con aceite y sal



MODUS OPERANDI

Salpimentamos el pollo, y lo marcamos en la sartén.

Si los contramuslos [o la pieza de pollo que utilicemos] tienen piel, los ponemos en la sartén caliente directamente, con la piel hacia abajo, sin aceite. La grasa que suelta la piel es más que suficiente para nuestro guiso.

Si no la tienen, los pondremos con una cucharada de aceite.

En ambos casos, doramos el pollo ligeramente por fuera [no más de 5 minutos], sin que llegue a cocinarse por dentro, y lo reservamos en un plato.

Preparamos en este rato la verdura: Limpiamos y cortamos en juliana la cebolla, cortamos en tiras el pimiento y picamos el ajo.

En la grasita del pollo que queda en la sartén [o aceite, si lo hemos usado] pochamos a fuego medio toda la verdura, con una pizca de sal. Cuando empiece a estar cocinada y blandita, añadimos el azafrán, damos un par de vueltas para que se tueste, y añadimos el vino.

Ponemos el pollo otra vez dentro, y lo cocinamos todo junto, tapado, unos 20 minutos dando vuelta al pollo a mitad de cocción.

Podemos triturar la salsa para que quede fina, a mí personalmente me gusta así, con toda la verdura entera, pero esto es cuestión de cada uno...





Fuente:Pollo en salsa de Tartis y Mas

PUDDING DE ACELGA Y PATATA

$
0
0
CAL 173,8 · HC 12,2 · PR 9,1 · GR 9,6 [POR RACIÓN]



  


Acelgas.

La palabra acelgas, en mi casa, va seguida de morritos, pucheros y aspavientos. Siempre.

No son bienvenidas.

Las hemos tenido amarillas, rojas y las clásicas acelgas verdes, de penca ancha y de penca finita. Nada. Que no. Así, de entrada, generan rechazo.

Esto, no sería mayor problema si no fuese porque a) yo las adoro y b) el productor ecológico que nos sirve verdura a través de un grupo de consumo, las adora, las cultiva y en consecuencia, nos las trae.

Hace años que pertenezco a este grupo de consumo. Nuestro sistema parte del respeto absoluto a la tierra, el productor nos trae verdura en función de lo que la tierra haya dado, y como la tierra no es un supermercado, es ella quien decide cuantas acelgas da y cuando, y quien decide cuando hay o no patatas.

Cada reparto de verdura es una sorpresa. Nadie sabe qué vendrá, qué habrá decidido crecer o cuanto de cada cosa nos encontraremos.

Lo que no suele ser sorpresa es que habrá acelgas. Siempre las hay. La tierra ha decidido que siempre haya acelgas. Y yo, feliz. Y el Soñador, haciendo pucheritos.

He intentado todas las estrategias posibles, y me he sumergido en todo tipo de recetarios buscando esas acelgas que le conquisten. He obviado técnicas del tipo "enterrar en abundante bechamel" o "acompañar con gran cantidad de bacon".

De todos mis intentos, han tenido éxito: Acelgas esparragadas, potaje de verduras con acelgas, acelgas rehogadas con [el suficiente] jamón.

Y han fracasado estrepitosamente el puré de acelgas, puré de cualquier verdura con acelgas, y la tortilla de acelgas, incluida cualquier versión con salsa de tomate o cualquier aderezo que disimule su sabor.

Así que en estas me vi cuando decidí que lo intentaba una vez más, para inclinar la balanza, para ver si era capaz de incluir un nuevo plato de acelgas en nuestras cenas, sin tener que compensar a nadie después con muchas galletas de chocolate.

¿El veredicto?

Mmmm, están buenas

[La gata se acercó al plato, lo olisqueó y se fue sin decir ni miau]

Vale. El Soñador y la gata no dieron palmas. Nadie saltó de alegría en los sofás. No se hizo una fiesta. Ni se señaló la fecha en el calendario. Pero los platos quedaron limpios, y esto, habiendo acelgas en la ecuación... creedme, es mucho.


INGREDIENTES
[3 PERSONAS... O 2 MUY HAMBRIENTAS]

Patatas, 150 gr
Acelgas, 300 gr
Ajo, 1 diente
Huevos, 3 pequeños [o 2 grandes] a ser posible de gallinas felices y libres [sí, puestos en mitad del campo]
Aceite, una cucharada [15 ml]
Sal, pimienta, nuez moscada



MODUS OPERANDI

Necesitamos tener las verduras cocidas, para ello, lo primero que hacemos es poner agua a hervir en una olla, y mientras sube la temperatura, vamos pelando las patatas y limpiando las acelgas. Separamos las hojas de los troncos si vemos que son firmes y gruesos [estos míos eran tan finos que no hizo falta].

En el agua, ponemos sal o concentrado de verduras, las patatas en cuartos, y los troncos de las acelgas, y los dejamos hervir a fuego medio unos 10 minutos. Pasado este tiempo, incorporamos las hojas y lo hervimos todo otros 5 o 10 minutos. De esta manera arreglamos todo en un mismo agua de cocción.

Ya lo tenemos todo cocido. Separamos por un lado las acelgas, y por otro las patatas.

Las acelgas las escurrimos bien, y cuando están sin líquido las pasamos a una tabla de cortar y las cortamos menudas. Hacerlo así tiene un sentido: ahora se cortan muy bien y al estar compactadas, podemos cortarlas muy finas sin apenas esfuerzo. Pero si te gusta más las puedes cortar antes de cocer.

En una sartén, ponemos a dorar un ajo, o dos, al gusto. Y cuando empiece a tomar color, echamos las acelgas escurridísimas, y las rehogamos hasta que evapore todo el líquido que pueda quedar.

Por otra parte, mientras se rehogan, hacemos puré con las patatas. Yo me limité a espachurrarlas bien con un tenedor, pero las puedes pasar por un pasapurés. Nunca uso para esto un robot de cocina, el puré coge una textura que no me gusta, pero esto es un gusto personal, claro!

Por otra parte, en un bol, batimos los huevos con sal, pimienta y nuez moscada.

Bien. Ya tenemos por un lado las acelgas rehogándose con el ajo, por otro el puré de patata, y por otro los huevos batidos.

Una vez las acelgas hayan evaporado todo el líquido, las mezclamos con el huevo y a esta mezcla añadimos el puré. Hay que trabajar con rapidez, para evitar que el huevo cuaje al contacto con el calor [sin pasarnos, solo que no podemos irnos a otra parte y dejarlo abandonado...]

Ahora solo tenemos que rellenar los moldes, o el molde, o lo que hayamos elegido. Yo he usado moldes de pudding sencillos, me gustan así.

Se mete al horno precalentado 20 minutos a 180º, y después de apagado se puede dejar 10 minutos más para que templen.

Lo he servido con salsa casera de tomate.





PIZZA INTEGRAL DE CEBOLLA CARAMELIZADA, MANZANA Y NUECES

$
0
0
CAL 296,1 · HC 55,3 · PR 9,8 · GR 5,4 
[CADA BASE, DE 175 GR]

CAL 425,9 · HC 35,0 · PR 12,2 · GR 28,2 
[MEDIA PIZZA, CON RELLENO... NO ME MIRES ASÍ, ESTO SIGUE SIENDO UNA PIZZA! ACOMPÁÑALA DE UNA ENSALADA!]






Cuando J.A. vino por primera vez a casa, como aspirante a ser mi nuevo compañero de piso, supe que algo diferente acabaría sucediendo. Y así fue.

J.A. vio el piso, la habitación que tenía libre [de las dos que hay en la casa] y aceptó las condiciones. Yo que no soy muy exquisita, no suelo tener pegas para vivir con nadie, así que tampoco me pareció mal.

Os hablaré de él.

J.A. Varón. 39 años. Programador en activo.

Tímido hasta la raíz, hasta el punto de que huía a su habitación cada vez que mis amigas cruzaban por la puerta de casa.

Desorganizado hasta los límites de lo razonable, hasta el punto de que guardaba en una caja el dinero que necesitaba para comer cada día, porque si no, se lo gastaba antes de tiempo.

Y conspiranoico: nos vimos todos los documentales de la conspiranoia mundial [Zeitegeist y similares] y nos creímos a pies juntillas que el 11S había sido una acción del gobierno y quién sabe si los extraterrestres tuvieron algo que ver en el caso Bin Laden.

J.A. es un tío majo, las cosas como son, nos llevábamos bien exceptuando pequeños episodios de cerveza desapareciendo de la nevera [que luego la reponía, pero la rabieta de llegar a casa y no tener una cervecita no me la quitaba nadie].

No cocinaba, por eso lo de guardar el dinero para comer. Siempre comía en un bar y cenaba o en el bar de nuevo, o un bocata de chorizo o lomo [los dos únicos alimentos que vieron sus estantes de la nevera en un año y medio, amén de la tarta de cumpleaños que le hice]

Salía hasta el amanecer o más con sus amigotes [la más plena expresión de los amigotes] y se escondía cada vez que una chica le decía hola. Por esto, toda esta historia me pareció rara desde el comienzo.

Se fue de vacaciones un fin de semana, con sus amigos. Y desapareció 3 semanas enteras sin decir nada. J.A. es la única persona a la que conozco que no tiene móvil, porque no le gusta que le llamen. Hablé un par de veces con su madre que me confirmó que todo estaba en orden. Y al cabo de esas 3 semanas, volvió para recoger sus cosas, decirme que dejaba el piso, y contarme esta historia que voy a compartir con vosotros.

Las vacaciones en Benidorm que iban a durar dos días, se alargaron más de la cuenta al conocer a una chica en la playa. Esta chica le llamó, le habló, y se cayeron bien. Como él tenía más vacaciones que el fin de semana, ella le invitó a pasar unos días en su casa de Alicante, junto a su hijo [es madre divorciada] de 9 años.

Cuando J.A. me cuenta todo esto, me dice que la semana siguiente de estar en Alicante, ella empezó a encontrarse mal, a sentir mareos y a vomitar. Unos días más tarde, confirmó la sospecha: estaba embarazada.

La chica es de una familia muy acomodada [ella misma es arquitecto y tiene su propio despacho] y ultra-católico-conservadora. Vamos, que un embarazo del aire no les va nada pero que nada bien. De modo que J.A. decide apechugar con su responsabilidad y se queda a vivir con ella, dejando el trabajo y mi casa.

Yo le pregunté Tío, pero en serio, tú estás enamorado de esa chica? y su respuesta fue No, tía, pero tengo que intentarlo... lo mismo nos acostumbramos y luego nos va bien...

Patidifusa, ojiplática, le ayudé con sus maletas y renové el anuncio de alquiler de habitación.

De vez en cuando, me llamaba, ya os he dicho que él no tenía móvil. Y me fue contando sus aventuras... A los dos meses de irse, la chica y él se llevaban fatal, J.A. no podía ni soñar con tocarla, el niño de ella le odiaba [una vez le quitó el teléfono en mitad de una conversación para hablar conmigo, el chiquillo] y ella había perdido el embarazo supuesto [Nadie vomita al día siguiente de quedar embarazada] o el embarazo anterior a J.A., que también puede ser.

Él se quedó por cuidarla un tiempo [después de todo el lío, el pobre aún se sentía mal por dejarla sola, ya veis] y no pasaron ni tres meses desde su marcha para que volviera a llamar Ana, no tendrás la habitación libre, verdad? Yo me vuelvo contigo!

Una pena. Porque con J.A. la convivencia, si dejamos al margen las cervezas, era muy agradable. Se venía al salón a charlar un rato mientras yo cenaba, era limpito y recogido [nunca he visto a nadie más limpiar el baño durante más de una hora con no menos de 5 productos diferentes] y hasta su madre es maja. Pero tres meses más tarde la habitación ya tenía ocupante, que tengo que pagar la hipoteca!

Como herencia, una sudadera suya que me quedé y que debe ser cinco tallas más que yo, y que me hace las veces de bata, un modesto foco de luz que me montó para mis fotos y he usado durante dos años, y las pizzas que compartimos alguna vez [cocinadas por mí, claro está] mientras devorábamos esos documentales paranoicos sobre el fin del mundo y las acciones de los gobiernos.




INGREDIENTES
[2 PIZZAS MEDIANAS]

*Aviso! Antes de seguir leyendo, te tengo que decir que la masa es integral, y se hace con fermentación retardada. Esto significa que la empiezas a preparar el día de antes.

MASA
[Para dos bases. Se puede congelar]

Soaker
Harina blanca de trigo*, 40 gr
Harina integral de trigo, 75 gr
Agua, 95 gr
Sal, 2 gr

*La receta original solo tiene harina integral, pero un 20% de blanca domestica las masas y las convierte en seres mucho más amables.

Biga
Harina integral de trigo, 115 gr
Agua, 95 gr
Levadura seca, 0,5 gr [o 1,5 gr de levadura fresca]

Resto
Harina integral de trigo, 30 gr
Sal, 2,5 gr
Levadura seca, 5 gr [o 15 gr de levadura fresca]
Miel, 7 gr [media cucharadita] *opcional
Aceite, 10 gr [una cucharadita] *opcional

RELLENO
[Para una base]

Nata fresca, 2 cucharadas [30 gr]
Queso de tetilla, al gusto [puse 30 gr]
Cebolla, 1 grande [100-150 gr]
Manzana, 1 pieza [70-80 gr]
Nueces, un puñado [20 gr]
Aceite, una cucharada
Mantequilla, una cucharadita
Sal, pimienta, albahaca




MODUS OPERANDI

LA MASA

Día 1

En un bol, mezclamos todos los ingredientes del soaker, hasta que sea una mezcla homogénea.

En otro bol, mezclamos los ingredientes de la biga. Amasamos ligeramente, dejamos reposar 5 minutos, y volvemos a amasar un poco, uno o dos minutos serán suficientes.

Tapamos ambos boles, y los dejamos en la nevera. Lo haremos siempre en este orden para evitar contaminación de levaduras en el soaker [ya lo sé, es muy tentador amasar un poco la biga... hacer el soaker... y seguir con la biga... si decides hacerlo pon un cuidado de cirujano en lavarlo todo antes de tocar el bol con el soaker]

Día 2

Sacamos los boles de la nevera y dejamos que atemperen [entre una y dos horas según la temperatura ambiente que tengas en casa].

Ponemos el contenido de los dos boles en la encimera, añadimos la sal, la levadura y la harina restante, y comenzamos a amasar. Incorporamos la miel y el aceite, y seguimos amasando hasta que tengamos una masa lisa aunque ligeramente pegajosa. Unos dos o tres minutos serán suficientes.

Dejamos la masa reposar, 5 minutos, y amasamos de nuevo otros 2 minutos más. No te preocupes si sigue siendo un poco pegajosa, es normal. La estiramos y nos ponemos manos a la obra con el relleno. La masa, la mantendremos tapada con papel film. Yo la rocío de aceite en spray, para evitar que se pegue. Puedes usar harina en su lugar. Cuando acabes el relleno, la masa estará lista para ir al horno. Si usas un relleno más rápido, conviene que repose una hora desde el estirado hasta el horno.


EL RELLENO

Lo primero que preparamos es la cebolla. La cortamos en juliana media, no excesivamente fina, y la ponemos a pochar con el aceite y una pizca de sal, a fuego medio. Cuando comience a dorarse, bajamos el fuego y la dejamos que se haga despacio, dando vuelta de vez en cuando. Tardará, como poco 20 minutos, se irá caramelizando con su propio azúcar, no es necesario añadir nada.

Por otra parte, tenemos la manzana. La cortamos en tiras finas, y la salteamos en una sartén con la mantequilla y si nos apetece, una cucharadita de azúcar. Yo le puse, porque usé manzanas reineta, que son ácidas.

Una vez tenemos lista la cebolla por un lado, y la manzana por otro, comenzamos el montaje.

Sobre la base, esparcimos dos cucharadas generosas de nata fresca [o nata para montar, semimontada, lo justo para que no se escurra por todas partes]. Salpimentamos.

Ahora añadimos el queso de tetilla, que habremos rallado previamente. El queso de tetilla es un gran descubrimiento para las pizzas, funde maravillosamente bien y tiene un sabor suave y delicadísimo. Si no tenemos, podemos usar un queso de tronchón [otra maravilla para las pizzas] o mozzarella [pero entonces tu pizza será más convencional].

Sobre el queso, van la cebolla caramelizada, la manzana, y por último las nueces. Lo espolvoreamos todo con albahaca, lo ideal sería usarla fresca, pero claro...

La pizza se cuece en el horno, a 180º unos 15 minutos. Yo la dejo a altura media, y si veo que a la masa le falta un poco, la bajo y pongo el calor a tope solo por debajo. Si veo que la masa está en su punto pero aún no están los ingredientes, la subo y la gratino un poco... sobre la marcha. Cada pizza es un mundo!

Ah, si te lo estás preguntando, la pizza es salada. Más que nada por el queso y por la cebolla. Pero dulzona, por la manzana. En cualquier caso, aun siendo más bien dulce... no es un postre!


Fuente: Peter Reinhart's whole grain breads, para la masa; y una inspiración de Oh my veggies! para el relleno. Pizza hecha para Bake the world [edición abril 2014]

LUCÍA Y EL EMPERADOR. EMPERADOR MEDITERRÁNEO.

$
0
0
CAL 394,0 · HC 19,5 · PR 40,6 · GR 14,5 [POR RACIÓN]








No voy a contaros un cuento sobre inocentes doncellas de la corte, emperadores engreídos, y sastres listillos. Eso, para otra ocasión.

Hoy vengo a hablaros de una antigua compañera de piso [no tan antigua a decir verdad]

Quien haya compartido piso, sabe que la convivencia es un pacto. Compañeros de piso son personas que deciden vivir juntas, sin conocerse de nada, y basan esta convivencia en una serie de acuerdos [baño recogido, limpieza de ollas y sartenes usadas, reparto de las baldas de la nevera, y de las tareas de limpieza, entre otros] que permiten que el orden mundial continúe inalterado y una no acabe lanzando a sus compañeros de piso por la ventana, con todo el alboroto que esto supone.

Lucía, es una niña muy trabajadora en lo suyo, muy maja, y la convivencia con ella es cordial. Cada una tenemos lo nuestro, como es lógico, pero nos llevamos bien... bueno, nos llevábamos mucho mejor hasta que el emperador apareció en nuestras vidas.

Una de las aficiones que Lucía y yo nunca hemos compartido, es el gusto por la cocina. Ella odia cocinar, hasta el punto de que aliñar una ensalada le supone un trabajo pesadísimo. En todo el tiempo que vivió conmigo [un año casi] vi desfilar por su zona de la nevera todo tipo de precocinados para microondas, y embutidos de toda clase, y por su estante del armario miles de cajas de galletas, chocolates y bombones, amén de los pollos con patatas que se subía del asador.

Pero un día, vino una visita. Un tío de Lucía, al que tiene un gran aprecio. Y ese día, decidió cocinar. Y dije yo: Manolete, si no sabes torear, pa que te metes?

Para cocinar, Lucía comenzó por hacer la compra. Parece obvio, pero para una persona que a duras penas distingue el atún de la merluza, ir a la pescadería no es una tarea sencilla. De modo que cuando volvió con dos bolsas llenas de pescado, empecé a temerme lo peor.

Su tío, que la conoce, prefirió invitarla a cenar, y el pescado se quedó ahí, en la nevera. Un montón de filetes de salmón, y otros tantos de emperador. Dos días después, los pescados envueltos en el papel de pescadería, dentro de su bolsa, seguían en la nevera, y decidió congelarlos. Tal cual. Que hacer paquetes individuales no es trabajo para ella, de hecho creo que ni siquiera pensó en ello.

¿Y dónde veo yo el problema? Hasta aquí, todo va bien.

Empezó a ir mal cuando un día, en un arrebato de responsabilidad, los descongeló. Primero el emperador. Un día en la nevera [para descongelar] y cuando llegó a casa por la noche, pidió comida china a domicilio. El día siguiente comió en el trabajo, y cenó galletas con paté [sí, lo habéis leído bien] y un colacao. Y al día siguiente, arrinconada por el mal olor que desprendía la nevera y que salía hasta la puerta de casa [yo esos días abría la puerta en modo zen para no matarla] lo cocinó: frito. Un kilo de emperador, aceite a cascoporro y mi sartén de las tortillas. [Tranquila, Luci, casi lo he superado...]

Un día más tarde, me lo ofreció, con su mejor sonrisa, el olor a revenío, y rezumando aceite, mientras se comía el primer filete con cara de asquito. Me escaqueé tras enviar al Soñador el siguiente whatsapp "Cenamos fuera. No preguntes y busca un sitio"

Y otro día después, se enfadó porque decliné su invitación a comer emperador [a estas alturas tenía un peligroso aspecto de cadáver de pez amarillento y agrio y empezaba a oler nuevamente] mientras ella comía, de comida central... galletas de mantequilla, merengues y una caja de bombones, uno tras otro y de una sentada.

Dos días más tarde el pescado desapareció de la nevera. De no hacerlo lo hubiera tirado yo personalmente. Sé que se comió al menos parte, si no fue todo. Es la clase de persona que puede sentarse delante de medio kilo de pescado y comer hasta reventar con tal de no tirarlo. Otra cuestión es que hubiera sido mejor hacerlo en varias veces...

La fortuna quiso que el turno de limpieza de esa semana me tocara a mí, y pude vaciar la nevera y limpiarla con lejía de arriba a abajo, incluyendo todos los tarros, botellas y envases que contenía. Por el olor, más que otra cosa, que se había pegado ya. Mejor así.

He tardado un tiempo en superarlo, y en volver a comer emperador en casa. Esta es una de las formas más sabrosas que he conocido de cocinar este pescado, guisado en lugar de a la plancha, y con una salsa increíble en la que hundirás trozos de pan y te pringarás hasta los nudillos.






INGREDIENTES
[4 PERSONAS]

Emperador, 1 filete de 3 cms de ancho [800 grs]
Patatas, 300 grs [puedes aumentar hasta 500 sin problema]
*Calabacín, 300 grs
*Rábano o rabanitos, 50 grs
Aceite de oliva, 2 cucharadas
Alcaparras, 1 cucharada
Romero, 1 cucharadita
Caldo de verdura + 60 ml de agua
Zumo de medio limón
Pimienta negra
Sal

*Estos dos ingredientes son opcionales, ampliables, sustituibles o lo que tú quieras

MODUS OPERANDI

Lo primero que haremos será preparar los ingredientes:

Patatas: Peladas y cortadas en dados de 2 cm.
Emperador: Limpio de piel y espinas, cortado en dados de 3 cm.
Calabacín y rábano: En láminas [el rábano, muy fino].
Alcaparras: Ligeramente troceadas.



En una sartén amplia, ponemos a calentar el aceite. Salteamos las patatas unos 10 minutos, hasta que estén doradas pero sin terminar de hacerse por dentro, y las reservamos en un cuenco.

Una vez hayamos retirado las patatas del fuego, añadimos a la sartén el emperador con una pizca de sal y lo salteamos hasta que se sellen todos los dados, unos 2-3 minutos. Lo retiramos al mismo cuenco de las patatas, con todo el líquido que haya podido soltar.

En la misma sartén, salteamos a fuego vivo el calabacín y el rábano hasta que estén dorados, y los retiramos a otro cuenco.

Volvemos a la sartén, y ponemos las patatas y el emperador, añadimos el agua, el caldo, las alcaparras, el zumo de limón, el romero y la pimienta. Sólo usaremos sal si nuestro caldo tiene poca, yo uso un caldo de verdura casero que tiene suficiente sal como para no añadir más.

Tapamos, y lo dejamos cocerse todo a fuego medio unos 8-10 minutos. Lo servimos en una fuente, y salteamos de nuevo el calabacín y el rábano para calentarlos un poco, los añadimos a la fuente, y preparamos mucho pan.



BUNDT CAKE DE BONIATO

$
0
0
CAL 272,1 · HC 29,7 · PR 9,2 · GR 15,6 [100 GRS]







Mi casa, que se precia de gobernarse por un sistema asambleario formado por el Soñador - la gata - y yo, este mes ha sufrido un pequeño desplante autoritario por mi parte. Me he perdido. Perdido, del todo.

Este mes no he negociado.

Tras recibir la identidad de mi víctima de mano del #asaltablogs, no hicé lo habitual, que es:

...Ir corriendo al índice, así me haya pillado el mail en la oficina, en casa, en el metro, comprando botones en la mercería, o de vuelta del mercado con las coles en una mano y el móvil en la otra.

...Seleccionar con la vista aquellas que: a) me gustan b) no engordan [demasiado] c) el Soñador y la gata aceptarían sin refunfuñar

...Hacer una segunda criba, descartar las que no nos engañemos, sí engordan y mandar una lista al Soñador para que la pase a su estudio

...Negociar las dos o tres finalistas en la cena de ese mismo día

En lugar de eso, este mes he dado un golpe de estado. Revisé el índice, y en cuanto mis ojos vieron la palabra Bundt, el mundo se paró y solo hubo lugar para decidir cual.

Como ya habréis adivinado por las fotos, uno de mis últimos antojos ha sido el molde de bundt cake heritage de Nordic Ware. Versión working-class, con las aristas algo más romas [cachis] y sospecho que un poco más ancho y bajo [aunque no puedo demostrarlo]. Para quien no lo sepa, Nordic Ware editó versiones low cost de dos de sus moldes más inolvidables, y uno es este.

A mí me hace igual de feliz, no penséis.

Lo quiero aunque sea el barato. Sin problemas. No tengo prejuicios. Es monísimo. Y tenía unas ganas locas de subir algo al blog, pero como es la segunda vez que lo utilizo, no había tenido ocasión.

Así que escogí el que me pareció más interesante, con puré de boniato. Me encantan los bizcochos hechos a base de hortalizas, verduras o tubérculos. Son tan jugosos, y tan sanos, que no puedo decir que no.

Y no lo consulté porque el boniato no tiene ninguna posibilidad si lo ponemos al lado del chocolate, o del lemon curd. Y yo me había fijado en este. Me apetecía el boniato, y punto.

En casa nos ha encantado. Lo incorporo a mi nuevo recetario para el molde de bundt, ya que estas pequeñas delicias suelen ser ultrahipercalóricas, y no es fácil encontrar bundts bajos en pecado...






INGREDIENTES

Harina integral, 260 gr
Levadura, 1 cucharadita
Bicarbonato, 1/2 cucharadita
Canela, 1 cucharadita
Jengibre, 1/2 cucharadita
Nuez moscada, 1/4 cucharadita
Sal, una pizca
Mantequilla, 80 gr [120 gr en la original]
Fructosa, 60 gr [o azúcar, 120 gr]
Huevos, 3
Buttermilk*, 120 gr
Puré de boniato, 170 gr

*Puedes hacer buttermilk casero añadiendo una cucharada de zumo de limón a un yogur natural. Lo remueves y esperas 10 minutos para utilizarlo.

MODUS OPERANDI

Lo primero de todo, es sacar de la nevera los huevos y la mantequilla [solo el peso que vamos a necesitar] y poner el horno a precalentar a 200º.

[Es importante que los huevos estén a temperatura ambiente. Se te has olvidado, llena un vaso con agua caliente y sumérgelos unos minutos. No es lo ideal, pero servirá.]

Después, hacemos es el puré de boniato. La forma rápida es pelarlo, cortarlo en dados y meterlo al microondas en un estuche de vapor, con un poco de agua, unos 4 minutos. También lo puedes hacer en cualquier otro recipiente, con agua y tapado, pero tendrás que revisar el tiempo. O cocerlo en una olla... más o menos como si fueran patatas. Lo trituramos en un robot de cocina con el mínimo imprescindible de agua para que las cuchillas no se atasquen.

Ya tenemos el puré. Pesamos 170 grs y los reservamos. Con el resto puedes hacer una guarnición para otro plato [añades un poco de mantequilla, salpimentas y ya lo tienes].

En un bol, tamizamos la harina, especias, levadura, bicarbonato y sal. Lo reservamos.

Dejamos a mano el buttermilk, lo usaremos en breve.

En otro bol, montamos la mantequilla y el azúcar o fructosa. Esto significa batirlo con una varillas eléctricas hasta que la mezcla sea espumosa y blanquecina. Añadimos los huevos ligeramente batidos y de uno en uno, no añadimos el segundo hasta que el primero esté completamente integrado, y lo mismo con el tercero.

A la mezcla de mantequilla, azúcar y huevos, añadimos ahora y en este orden:

...Una tercera parte de la harina, y la mezclamos a mano con una espátula, con movimientos envolventes
...La mitad del buttermilk y hacemos lo mismo, lo mezclamos suavemente
...Otra tercera parte de la harina, mezclamos
...El resto del buttermilk, mezclamos
...Acabamos con el último tercio de harina, mezclamos
...El puré de boniato, lo integramos también con movimientos envolventes

Engrasamos el molde hasta el último rincón [los sprays de aceite son lo más para este menester] y lo llenamos con la mezcla, sin pasar de 3/4 de su volumen. Como la mezcla crece un poco y se abomba, un truco es hundir ligeramente la mezcla en el centro, a lo largo del molde. Es espesa, no tendrás problema. Puedes usar una cuchara mojada y no se enganchará la masa.

Bajamos el horno a 180º, y metemos el molde de bundt sobre una rejilla, para que el aire circule por el interior del agujero central [nunca pongas un bundt sobre una bandeja de horno, y si lo haces, intenta apoyarlo en algo que permita la entrada de aire por el centro].

Lo horneamos 45 minutos, lo sacamos del horno y esperamos 10 minutos antes de desmoldar. Si lo desmoldamos antes, se romperá. Avisado quedas.




Fuente: He atracado esta receta de Más dulce que salado


PAIN BRIE [INTEGRAL]

$
0
0
CAL 273,0 · HC 52,6 · PR 9,4 · GR 4,1 [100 GRS]





Mira que me gustan a mí los rodillos.

Los rodillos son poder.

Tienen un nosequé, un mensaje implícito de aquetescalabrolacabeza mucho más sutil que ese mensaje macarrónico de sus primos, los bates de beisbol, que suenan más a tedoyunahostia que es menos fino.

Un rodillo es la fuerza ejercida con sentido de la justicia [no necesariamente con justicia]. No puedo imaginarme a alguien dándote con uno de estos sin que haya un buen motivo detrás [no te vas a buscar gresca en el bar con un rodillo bajo la chaqueta... en todo caso le arreas en la cabeza a alguien que se lo ha ganado en el momento, es más un aquí y ahora, un tengo un rodillo en la mano, te estás jugando el tipo, deja ahí esas galletas!]

Vamos, que te entra el Freddy Kruger en la cocina mientras preparas tus galletitas, rodillo a un lado, cuchillo cebollero en el primer cajón, y no sabes si abrirle la crisma o hacerle picadillo. Básicamente. Y sí, en femenino, porque en nuestro imaginario colectivo los utensilios de cocina viven en manos de mujeres, sean o no utilizables como armas, y al margen de lo poco justa que resulta esta asociación.

Me ha dado una nostalgia un poco machirula, reivindicando el terreno de la violencia ejercida por mujeres [por una vez, dejadme soñar] y no contra ellas, y resumido en nuestros amados rodillos de cocina [en serio, quien tiene solo uno?]

No apoyo la violencia en ningún caso, pero puesta a elegir, mejor desde que hacia las mujeres, que estamos hartas, leches. Que a algún ama de casa [ese concepto... que lo origina todo] le faltan unos pinchos de acero al final del suyo.

Por lo general, a mí me parece mejor para hacer galletas que para romper crismas [esto no lo afirmo mucho durante el telediario] y en esta receta, además, para aporrear un pain brie.

Bueno, voy a centrarme que se me va la mano... Y yo había venido a hablaros del Bake the World.

Mi receta, por una vez, no es de Reinhart, y eso que tiene una publicada. He decidido ser fiel al original, al tradicional, al que mandan los cánones... más o menos.

Digamos que puesta a adaptar una receta, al menos no adapto una versión que sería como desvirtuar mucho las cosas!

Porque claro, mi pain brie es integral. Al 65%. Y de trigo, eso sí. Hacerlo integral es la única trastada que le he hecho a la receta original, con las adaptaciones que ha necesitado.

Sobre el greñado, he dividido mi corazón. He greñado la mitad antes del segundo levado [siguiendo la tradición] y la otra mitad antes de llevar los panes al horno [siguiendo mi gusto]. No hay diferencias apreciables en cuanto a formación de la miga, solo es una cuestión estética. Y contra todo pronóstico, me quedo con los primeros.

Sobre el formado, he probado dos sistemas: batard clásico [hay fotos] y enrollado [hay fotos], me gusta más el último.

La harina integral necesita su tiempo para desarrollarse, así que le he concedido una fermentación ligeramente retardada al prefermento. Esto ha hecho necesario añadir un poco de sal.

Si haces esta pan con harina blanca, puedes seguir la receta tal cual, o reducir el tiempo del prefermento a entre 2 y 4 horas a temperatura ambiente. En ese caso, la sal del prefermento la tendrás que poner en la masa final en lugar de hacerlo aquí.

Bon apetit!




INGREDIENTES

Prefermento
Harina blanca de trigo [panificable], 225 gr
Harina integral de trigo, 225 gr
Agua, 300 gr
Sal, 8 gr
Levadura seca, 1,5 gr [o 5 gr de levadura fresca]

Masa de pan
Harina integral de trigo, 200 gr
Agua, 45 gr
Mantequilla sin sal, 30 gr
Levadura seca, 2 gr [o 6 gr de levadura fresca]
Sal, 4 gr


MODUS OPERANDI

Prefermento

En un bol, mezclamos todos los ingredientes hasta que estén perfectamente integrados. Los amasamos ligeramente hasta tener una bola de masa lisa, y lo dejamos [tapado o cubierto con film] en un bol unas 2 horas a temperatura ambiente. Pasamos el bol a la nevera, y lo dejamos entre 8 y 12 horas. No pasaría nada si se queda un poco más.

Sacamos el prefermento de la nevera entre 30 y 60 minutos antes de empezar, para que se atempere. Es un buen momento para sacar también la mantequilla y que se ablande.


Masa de pan

En el mismo bol del prefermento, añadimos todos los ingredientes de la masa de pan [la mantequilla estará a temperatura ambiente, y la levadura la puedes disolver en el agua tibia, nunca caliente, para facilitar el proceso].

Mezclamos todos los ingredientes hasta que se integren, y hacemos un primer amasado ligero de unos 5 minutos. Dejamos la masa reposar 5 minutos, para que se hidrate, y seguimos.



El pain brie se amasa a golpe de rodillo.

Es una masa con una hidratación muy baja [53%] por lo que resulta dura y difícil de trabajar. Estás de suerte, las harinas integrales se portan medio bien con porcentajes de hidratación bajos.

El tipo de amasado del pain brie se llama refinado.

Os explico paso a paso como se hace un refinado [puedes ver la receta del bollo sevillano, es el mismo tipo de proceso de amasado]

Rodillo en mano, cogemos la bola de masa y la estiramos hasta tener una tira larga y ancha de 1 cm de alto, más o menos. La plegamos en tres como si fuera una masa de hojaldre, o como una carta, la giramos 90º y volvemos a estirar para empezar de nuevo.


Estiramos y plegamos 3-4 veces, descansamos la masa 5 minutos.
Estiramos y plegamos 3-4 veces, descansamos la masa 5 minutos.
Estiramos y plegamos 3-4 veces, descansamos la masa 5 minutos.
Estiramos y plegamos 3-4 veces, descansamos la masa 5 minutos.

Es decir, entre 12 y 16 refinados, dejando descansar la masa cada 3 o 4 veces. Esto permite que la masa se relaje y nos deje trabajarla mejor.

Si no tienes tiempo, puedes hacerte todo el refinado del tirón, pero tomate algo para las agujetas antes de empezar. Vas a necesitarlo. Después del último refinado [puedes necesitar alguno más, la temperatura ambiente y la humedad de la estancia donde estés amasando, influyen] deberemos tener una masa suave, lisa y satinada. La enrollamos sobre sí misma y la dejamos levar 30 minutos, cubierta con un paño.



Divisón y formado

Con un divisor de masas o un cuchillo afilado [incluso puede servir la rasqueta] hacemos porciones de la masa: aquí van 4 panes de 250 gr, pero podrían ser 8 panes de 125 gr o lo que más nos apetezca.

Las boleamos ligeramente y las aplastamos con el rodillo hasta tener discos. Con cuidado, las masas no se maltratan, se bolean sin sacarles el aire y se aplanan con delicadeza.


Vamos a ver dos maneras de formar los panes: batard y rollo.

Formado en batard

Con el disco de masa delante, trazamos una cruz imaginaria que lo divide en cuatro secciones, doblamos la esquina superior derecha, después la izquierda, y finalmente el pico resultante de haber plegado las dos esquinas. Le damos la vuelta y repetimos la operación. Plegamos ambas mitades sobre su eje, haciendo rodar un poco la masa por la encimera para sellar las costuras.



Formado en rollo

Esta es más sencilla, y dará una miga con un trazado ligeramente circular. Se trata de enrollar despacio el disco de masa, sellando bien las esquinas conforme vamos dando vueltas. Sellamos el borde inferior rodando la masa en la encimera y presionando ligeramente las esquinas para hacer los picos [no los he querido pronunciar mucho ya que no es un bollo sevillano sino un pain brie, algo más redondeado]


Greñado, segundo levado, horneado

Una vez formados los bollos, se puede hacer dos cosas: greñarlos antes del segundo levado [justo cuando hemos terminado de formar los panes], o después. En cualquiera de los casos, el greñado consta de 3 o 5 cortes longitudinales que no llegan al pico para evitar que el pan se abra en exceso. Y los cortes son profundos, no es un greñado superficial.

Yo opté por greñar dos piezas antes del segundo levado [cuando manda la tradición] y otras dos después, y aunque estéticamente me gustan más las primeras, en la miga no se aprecia diferencia alguna.

Las dejamos levar otros 45 minutos.

Y los horneamos: En el horno bien precalentado [temperatura infierno], los dejamos 10 minutos a 250º y otros 15-20 minutos a 200º. Pero cuidado! Estos tiempos deben reducirse si tus bollos son más pequeños.

Si tu horno no tiene temperatura infierno, puedes dejarlos entre 25-30 minutos a 200º.

Los dejamos enfriar sobre una rejilla antes de guardarlos. El pan debe guardarse en un armario seco y fresco, fuera de toda corriente de aire, y envuelto en un paño de algodón.

BAVAROISE DE PERA

$
0
0
CAL 178,9 · HC 6,6 · PR 5,3 · GR 16,9 [100 GRS]




Querida bici estática de mi gimnasio:

Antes de empezar con lo que vengo a decirte, quiero que sepas que desde el comienzo de nuestra relación, yo quise entenderme contigo.

Honestamente.

Cuando tú y yo nos conocimos, yo llevaba algún tiempo sin pisar un gimnasio. Sabes que me mudé hace muy poco, y tras 13 años acudiendo regularmente al gimnasio, tuve que darme un lapso de tiempo sin ir. Buscar piso, encontrarlo, y organizar el traslado de todas mis cosas [que no son pocas] fue un lío tremendo y cansadísimo. No tuve ni tiempo ni ganas de volver, me lo tomé como un respiro.

Pero ambas sabemos que yo soy carne de gimnasio. Y volví. Mi pie y su fascitis plantar pedían a gritos que volviera a estirar cuadriceps, bíceps femoral, gemelos. Nada muy duro pese a lo terrible que pueda sonar. Nunca fui de hacer grandes sacrificios.

Pero no iba a empezar en el potro de tortura la máquina de cuadriceps, así, a pelo y sin calentamiento previo. Cuatro meses sin gimnasio pasan factura. Así que decidí empezar haciendo un poco de cardio: bici, step, cinta de correr.

Y entonces nos conocimos. Un par de sesiones enteras de cardio para calentar motores, y después entrenamiento normal en máquinas, para acabar con 20 minutos de bici cada día.

Y surgió el primer malentendido: No sabes contar. Algo ha producido un cortocircuito en tus neuronas, y ha añadido un montón de números entre el 1 y el 10, que alargan inexplicablemente el tiempo que transcurre entre ambos. Que no digo que sea culpa tuya, que lo mismo tiene arreglo.

Porque después de 5 minutos de ejercicio, el monitor que llevas incorporado me escupe a la cara esto: 10 calorías.

Espero que estés de coña.

Sabes, cuando yo era pequeña (sé que no tienes tantos años como yo) había un programa llamado Barrio Sésamo donde un señor morado de trapo con colmillos te enseñaba a contar. Del 0 al 10, hay 10 números. Pero en tus circuitos no debe ser así, porque de otra forma no se explica que para arañarte 10 míseras calorías necesite sudar 5 minutos.

Algo no cuadra. Después de 20 minutos de ejercicio a buen ritmo, tu pantalla me lanza a la cara esta cifra: 100 calorías. ¿100 calorías? Espero que no estés hablando en serio.

Llevo 20 minutos subida sobre ti, he sudado hasta encharcarme la espalda, tengo la respiración entrecortada... ¿100 calorías? ¿Puedo saber cómo cuentas? Seguro que te estás preguntando por qué me preocupa esa cifra.

Te explicaré por qué 100 calorías de mierda no me sirven de nada.

Ayer salí del gimnasio y me fui al grupo de consumo en el que participo, a recoger mis verduritas. Y después de recogerlas, me fui al bar de enfrente con el resto de compañeros. Y me tomé un doble de cerveza con una tapa de patatas bravas. Eso, querida, suma unas 250 calorías. Es decir, que después de matarme a sudar sigo teniendo un saldo positivo de +150 calorías.  Que terminarán, está claro, en mi trasero [no van a acabar en tus circuitos].

Me dirás: Pues suda más. Y yo te responderé, querida máquina del infierno: No, querida, ese NO es el enfoque.

Lo que tiene que cambiar en esta relación, es tu forma de contar. Hoy, cuando sientas un cosquilleo en el costado, seré yo enchufándote un USB para transferirte la temporada completa de Barrio Sésamo. Mañana, cuando hayas aprendido a contar con la ayuda del señor morado de colmillos, me reconciliaré contigo, con el mundo y con el cosmos. Y espero poder tomarme dos cervezas dobles. Con una croqueta de cocido. Y saldo negativo.

Avisada quedas.




INGREDIENTES

Peras, peladas y limpias, 300 g
Pasta de vainilla al gusto
Clavo de olor, 1 o 2 [al gusto]
Limón, medio [solo el zumo]
Azúcar, 50-75 g [o endulzante al gusto, yo usé sacarina]
Gelatina en hojas, 10 g
Agua, 50 g
Nata para montar, 200 ml



MODUS OPERANDI

Empezamos hidratando la gelatina y haciendo la compota de pera, que tendrá que enfriar o al menos entibiarse antes de empezar con la bavaroise.

Ponemos las hojas de gelatina en un recipiente con los 50 g de agua para que se hidraten.

Para la compota, pelamos y troceamos en dados menudos las peras, retirando las posibles pepitas, y las ponemos en un cazo a fuego bajito con el zumo de limón, el azúcar y las especias. Lo tenemos cociendo durante 20 minutos. Pasado este tiempo, retiramos los clavos, y reservamos un poco de compota con trocitos enteros para decorar [dos o tres cucharadas generosas].

En un cazo pequeño o en el microondas, calentamos el agua con la gelatina hasta que se disuelva, y la añadimos a la compota de peras. Trituramos todo en un robot de cocina hasta tener una mezcla lisa y suave.

En un bol bien frío [que esté frío ayuda mucho] semimontamos la nata, hasta que forme picos blandos, pero sin llegar a montarla del todo [una consistencia como en la foto, justo cuando empieza a estar un poco firme y a mantener la forma]. Esto es importante: no debemos montarla demasiado.

Sobre la nata vamos añadiendo la compota ya fría con movimientos envolventes. Una vez integrada, lo pasamos a los recipientes donde lo vamos a servir [sirven unos vasos sencillos], añadimos un poco de la compota que habíamos reservado y lo dejamos en la nevera como mínimo 4 horas.

MARMITAKO [Y sorteo]

$
0
0
CAL 512,9 · HC 36,8 · PR 26,3 · GR 22,4 [POR RACIÓN, COMO PLATO ÚNICO]
CAL 112,5 · HC 8,1 · PR 5,8 · GR 4,9 [100 GR]





A estas alturas de la vida, quien me iba a decir a mí que iba a romper el pacto que hice conmigo misma el día que abrí un blog con una única idea clara: mi identidad nunca será desvelada.

[Imagínese aquí música de cosa misteriosa y sonidos bajitos]

Porque, seamos honestos, aquí a todos nos gusta cocinar. Y nos encanta compartir nuestras recetas, nuestros secretillos y ver como evolucionan nuestras fotos [desde aquellas primeras que muchos hicimos con las cámaras de nuestros móviles, hasta el estudio casero de réflex, trípode y foco].

Pero muchos bloggers sentimos un nosequé de queseyo cuando nuestro universo real y la blogosfera entran en colisión. Esto es más o menos, algo como que la cocina es una afición para determinados momentos [de la vida real] en los que te relajas [de verdad, en huesos y carne] y luego en lugar de compartirlo con la gente que te rodea, lo compartes con un montón de desconocidos a los que solo te une esto: tu pasión por cocinar.

Mis motivaciones personales pasan porque buena parte de la gente que me rodea siente la necesidad justa de cocinar para sobrevivir, y no voy a ir todo el día con el móvil en la mano dando la brasa con mira que tarta me ha quedado o qué me aconsejas para templar chocolate? Acabarían huyendo de mí, creedme.

Con la gente de mi entorno, comparto otro tipo de inquietudes que asoman las zarpas por el blog de cuando en cuando [al fin y al cabo, soy única e indivisible] y hablamos de cosas como la justicia social y los caminos que llevan a la exclusión, sobre qué sistema económico permitiría una redistribución de las rentas y un mundo más justo, proyectos de colaboración... cosas densas y pesadas que terminarían de un plumazo con todos mis seguidores en un par de posts. Que si me pongo concienciada puedo ser muy cargante, en serio, que me escucho cuando hablo y sí.

Y de pronto, aparece un mail: Unas gentes que han hecho un robot de cocina, me escriben y me preguntan que si me apetece grabarme cocinando con el bicho en cuestión. Así, de entrada, no me pareció mal. Sobre todo porque yo por grabarme entiendo: mi cámara sobre el trípode grabando mis manos mientras cocinan. Así que, como la contraprestación es un robot que me han regalado, yo que pierdo el culo sentido por cualquier cacharrito de cocina sea cual sea su naturaleza y función, pues dije que sí.

El shock vino cuando, ya con el robot en casa, y relamiéndome los bigotes, planificando todas las cosas ricas que iban a salir del mismo... me comentan que lo de grabarme venía en tercera persona. Es decir: no es me grabo sino me graban. Ah, sutil diferencia. Y me graban en un estudio que en realidad es un chalet que tiene una cocina más grande que mi piso entero. Bueno, ya había dicho que sí...

Y aquí estoy. Participando en el concurso Blogueros Cocineros de Moulinex. Con un bicho que mola bastante que se llama Cuisine Companion, que es con el que he rodado el vídeo, con el equipo de enfemenino.com que coordina todo este tinglado. No soy yo muy esclava de las modas ni de los cánones de lo estético [sorry... bueno no, no me disculpo, soy así y ya está] pero sí soy muy de cocina sana, y si algo podemos hacer por difundir la idea de que es posible cocinar sano y casero, adelante con ello.

Y en estas nos vemos. Bueno, no, en estas me veis. Que cosas... quien me iba a decir a mí que mi paso del anonimato a la realidad cercana iba a ser nada menos que un vídeo... en fin.

[Lo pondré, cuando acabe el concurso me darán el archivo para inmortalizar mi eterna vergüenza en este post]

Que os traigo mi receta, un marmitako maravilloso. Puntualizo una cosilla de na: en las fotos es atún, pero el día que grabamos mi pescatero no tenía y utilicé bonito, que no es lo mismo pero es igual. Porque las fotos son de casa, no es el mismo marmitako del estudio, pero no pasa na, que se hizo igual.

Y en las instrucciones, ya que el vídeo explica estupendamente como hacerlo con el bicho, lo cuento hecho tradicional, en olla, cazo o marmita, o lo que tengas por casa, que no todos tenemos la suerte de que esta gente tan maja nos llame y nos regale uno de estos a cambio de rodar una recetilla.

¿Que más?

Pues que es un concurso y que estaré encantada de que me votéis. Claro, para eso os he contado todo esto!

Los que organizan el concurso, regalan una Moulinex Cuisine Companion entre los participantes, que no está nada mal!

El evento, lo tenéis en facebook, solo tenéis que echaros un vistazo a los vídeos y votar a quien más os guste [es decir, a mí :) o en qué pensabais?]. No... en serio, a quien más os guste, al fin y al cabo esta que os escribe en la vida se había visto ante una cámara en tales circunstancias... De hecho yo aún no sé a quien voy a votar!



INGREDIENTES
[4 PERSONAS, COMO PLATO ÚNICO]

Patatas, 5 o 6 piezas [700-800 gr]
Atún o bonito, 400 gr
Pimiento verde, 2 uds [100 gr]
Cebolla, 1 ud [150 gr]
Ajo, 2 o 3 dientes
Pimentón, media cucharadita
Cayena, 2 uds
Pimiento choricero, 2 unidades [o una cucharada de pulpa]
Salsa de tomate casera, 200 gr [en su defecto, tomate natural rallado]
Vino blanco, 250 ml
Caldo de pescado, 500 ml [si no tienes, usa agua con una hoja de laurel y unas bolitas de pimienta negra]
Aceite, 3 cucharadas [45 ml]
Sal
Perejil fresco

MODUS OPERANDI

Lo primero que tenemos que hacer, es preparar el sofrito. Lo vamos a hacer todo en la misma olla, tienes que escoger una donde vaya a caber el marmitako terminado. Si usas pimientos choriceros, ponlos en agua antes de empezar, dentro de un rato vamos a necesitar su pulpa.

Picamos la cebolla, el pimiento y los ajos muy menudos, lo ponemos en la olla con el aceite caliente y lo sofreímos a fuego medio durante 5 minutos, o hasta que la cebolla empiece a estar transparente.

En este rato, vamos pelando, limpiando y chascando las patatas. El tamaño debe ser como el de las patatas bravas, que se puedan comer en un bocado.

Cuando el sofrito ya esté listo, añadimos las patatas y las salteamos un par de minutos. Añadimos el pimentón, y lo dejamos unos segundos para que se tueste, y vamos incorporando la cayena, la pulpa de pimiento choricero, la salsa de tomate y el vino. Cuando evapore el vino, en unos 5 minutos, añadimos el caldo de pescado, rectificamos la sal si lo necesita, y lo dejamos cocinarse unos 20 minutos, más o menos [hasta que las patatas estén tiernas]

Cuando estén, en la misma fuente donde lo vayamos a servir, ponemos el atún en dados y echamos por encima el guiso. El atún se va a cocinar con el calor que tiene el guiso, no te preocupes que no se quedará crudo. Eso sí, tienes que hacerlo en el momento, tiene que estar muy caliente.



También puedes poner el atún en la olla y retirarla del fuego. Lo que no debes hacer es cocinar el atún, porque se quedará seco y no habrá quien lo coma. En las fotos, verás que el atún está ligeramente crudo. Esto es así porque era un atún rojo tan espectacular el que conseguí ese día que no tuve el valor de cocinarlo más [para ello, dejé que el guiso se templara durante 3 minutos, y lo eché un poco menos caliente]. Personalmente me parece un crimen. Pero si fuera bonito, lo hubiera dejado más rato.



ENSALADA SHOPSKA

$
0
0
CAL 161,4 · HC 9,5 · PR 5,8 · GR 13,5 [POR RACIÓN]





Verano verano veranooooooooooooo

Va a ser el primer verano en mi nueva casa. Bueno, que la casa no es mía, es de mi casera, pero de momento quien vive en ella... soy yo.

Ventajas:

...Ya no tengo piscina. No necesito ir siempre depilada. Bien.

...Ya no tengo piscina [II]. Me dan igual los michelines. Bueno, antes también, pero ahora más.

...Ya no tengo piscina [III]. Y las avispas no se me meterán en la cocina.

...Ya no vivo en una zona obrera-residencial, ahora lo hago en una zona obrera-comercial y cuando llegue agosto, no creeré que la civilización se ha extinguido porque seguirá habiendo vida en las calles.

...Fin de la guerra del aire acondicionado: esta casa no tiene. A cambio, es fresquita.

...En lugar de un enorme descampado, ahora tengo dos terrazas frente a mi ventana. Genial.

...En esas dos terrazas, las cervezas son dobles, tienen un precio razonable y las tapas son generosas. ¿He dicho ya lo poco que me importan los michelines?

...El dueño de una de esas terrazas, tuvo el otro día un incidente de corte racista con un joven migrante. Ya solo tengo una terraza [y encima la que no pisaré jamás, era la más cara]. Y el tiempo que me ahorro eligiendo, lo invierto en otras cosas.

...Tengo la piscina municipal cerca de casa. Por si me da un arrebato de nostalgia tonta.

...Y no espero encontrarme a los hijos de mis antiguos vecinos [cara de felicidad] jugando a ¡Marcoooo! ¡Poloooooo! hasta la náusea. No tendré que contener mis ganas de ahogarlos y fingir que no he visto nada.

...Vivo más cerca del metro, y cuesta abajo!!! Esto me va a encantar.

Desventajas:

...Los bikinis, toallas, chanclas y pareos se acumulan peligrosamente en uno de mis cajones, sin esperar ser usados.

...Tengo tres botes de bronceador y uno de after sun a punto de caducar.

...Y ya.

Y para celebrar el verano: ensaladas, ensaladas y más ensaladas. Ésta, robada tras infiltrarme de puntillas en la cocina de Olor a regalices para despedir hasta la vuelta de vacaciones mi querido #asaltablogs y dar por finalizada su primera edición.

[Por cierto, has votado ya en el concurso de Moulinex Blogueros cocineros? ¿Sabes que sortean un robot de cocina entre los votantes, es decir, que te puede tocar a ti?]





INGREDIENTES
[2 PERSONAS]

Tomate, 2-3 uds
Cebolleta, una
Pepino, uno
Pimiento verde, medio
Pimiento rojo asado, uno
Queso feta, un puñado
Aceite, vinagre, sal

*Esto es una ensalada, y los ingredientes no deben medirse. Si no quieres enfadar a la diosa de las ensaladas, hazla con lo que tengas en la cantidad que te apetezca y como te venga en gana.

MODUS OPERANDI

¿En serio?

¿Esperas que te explique que una ensalada consiste en cortar y mezclar cosas? ¡No! Eso ya lo sabes.

Pero te cuento un truco. Si pones el aliño [aceite, vinagre, sal] en un botecito pequeño con tapa, y lo agitas bien hasta tener una mezcla homogénea, tu ensalada estará infinitamente más rica.

Y otra cosa: El queso feta, en Bulgaria, lo suelen rallar. Pero como no encontré queso en tacos grandes, sino que venía ya precortado, lo desmigué un poco con los dedos y ya está. De todos modos el queso rallado tiene un foto muy poco favorecedora. Mejor así.



Fuente: Olor a regalices

JAMÓN EN ESCABECHE

$
0
0
CAL 446,6 · HC 8,3 · PR 53,7 · GR 17,6 [POR RACIÓN]





Desde hace unos días, se está difundiendo una iniciativa entre los blogs amigos, que nos pide que pensemos qué es el hambre, y se pide que se done comida a los bancos de alimentos.

Digo por delante que esta iniciativa me parece loable, que es de admirar que algunos bloggers dediquen su tiempo y sus posts a fomentar estas iniciativas, y que lo apoyo.

Pero quiero profundizar en este asunto: el hambre.

Hambre no es esa sensación de estómago vacío. Hambre es sufrimiento, impotencia, hambre es dolor pero de otro tipo. Hambre es no tener comida, y no tener soluciones. Es no tener comida porque hay una distribución injusta de los alimentos y de los recursos, y eso no depende de ti, ni de mi. Y no depende de que alguien done un kilo de arroz a un banco de alimentos. No. De verdad.

Hambre para mí es un amigo, de un pueblito de Extremadura, que me contaba llorando cómo tuvo que pasar por primera vez la vergüenza profunda y atravesante de buscar comida en la basura para que cenaran sus hijos. Y cómo me decía con la voz rota y el alma rota que se sentía incapaz de alimentarlos como es su deber, y que tenía que recurrir a lo que los demás tiraban, y que le habían visto rebuscar en el contenedor y había tenido que tragarse la vergüenza y seguir buscando.

Hambre es salir de ruta con la entidad con la que colaboro, que se encarga de trabajar con personas sin hogar, y hablar con Abdu, que vino hace años de Costa de Marfil y hoy duerme bajo un puente de Madrid, ofrecerle un café y que me diga Por favor, deja café a mis compañeros. Si esta noche no han cenado, mañana se despiertan llorando por el hambre. Abdu y sus compañeros tienen entre 23 y 45 años, algunos están enfermos, otros han perdido la esperanza, algunos han caído en trabajos ilegales donde les han negado su salario porque no pueden acudir a la justicia para reclamarlo.

Estoy harta. Harta y harta. De las soluciones verticales. De la caridad. Del pobre ayudando al más pobre todavía. Mientras hay grandes superficies que tiran a la basura la mitad de los alimentos que se producen en el mundo. Y los gobiernos lo permiten, pero eso sí, te ponen una multa si buscas comida en un contenedor. Ayudas a las grandes superficies, multas a los más pobres de entre los pobres. Y sí, hablo de España.

Esto no tiene ni pies ni cabeza.

¿Qué es hambre? Hambre es injusticia. Es un sistema donde los que más tienen nos piden a los que no tenemos que seamos caritativos con aquellos que ya no son, los que no forman parte del sistema porque han salido a empujones.

Es la injusticia de que si te has quedado sin trabajo y no puedes alimentar a tus hijos, la culpa es tuya y lo pagas tú. Es la injusticia de que si el sistema falla y no es capaz de darte un trabajo porque unos pocos lo han colapsado por su voracidad sin límites, la culpa te la pasan como tuya y lo pagas tú.

¿Estamos locos? ¿Nos hemos dado un golpe en la cabeza?

Si buscamos soluciones, tendremos que deslegitimar el sistema. Hambre es vivir en una sociedad que no ofrece soluciones, cuando la sociedad somos nosotros, y mantenemos sin protestar una élite de grandes capitalistas devorando las ganancias del sudor de nuestra frente. Y les damos las gracias.

Estoy harta de las campañas de "dale un kilo de arroz a un pobre" y no de "crea conmigo un sistema social donde la pobreza no tenga cabida"

Estoy harta de que el sistema que propicia las condiciones para la desigualdad, pida a sus víctimas que ayuden a las demás víctimas y nos parezca que piensan en los demás.

No quiero un mundo de buenas personas. Quiero un mundo justo.

No critico, de verdad que no, los bancos de alimentos. Quien me leyera en Lombarda braseada especiada sabe que hay soluciones que van más allá de los bancos de alimentos, que hay sistemas de autoorganización ciudadana que funcionan y muy bien. No quiero que se tome como una crítica, solo pretendo que reflexionemos sobre por qué hacemos lo que hacemos, y sobre qué objetivo debería tener nuestra ayuda [si elegimos que sea ayuda y no colaboración, algo completamente correcto y justo]

[P.D. Agradezo esta receta a Tia Alia, de la que no he hablado porque me lío y no me paro...]



INGREDIENTES
[4 PERSONAS* / 6 PERSONAS CON GUARNICIÓN]

Jamón de cerdo fresco, 1 kg, en una pieza
Cebolla, 2 medianas [150-200 gr]
Cebolletas, 2 [100 gr]
Zanahorias, 3 [150-200 gr]
Vino blanco, 1 vaso [250 ml]
Aceite, 2 cucharadas [30 ml]
Laurel, 1 hoja
Pimienta negra en grano, 10-12 bolitas
Ajo, 3 dientes

*Los valores nutricionales están calculados para 4 personas, sin acompañamiento. Es una ración muy generosa.

MODUS OPERANDI

Lo primero que hacemos es limpiar y cortar las verduras, sin mucho cuidado porque las trituraremos al final del guiso. Y salamos el jamón.

En un bol, colocamos una bolsa de plástico apta para uso alimentario. Dentro de la bolsa metemos el jamón [en una pieza, tal como lo hemos comprado], todas las verduras y las especias junto con el vino, y la cerramos bien sacando todo el aire. Esta técnica permite que el adobo se distribuya bien por la pieza de carne, a diferencia de los adobos normales, y no hay que darle vuelta. Si no puedes hacerlo así, mete todo en un bol y da vueltas cada media hora a la carne.

Lo dejamos así entre 2 y 3 horas.

Al cabo de este tiempo, ponemos una olla al fuego con el aceite, y cuando esté caliente añadimos el jamón, y lo marcamos por todos sus lados. Esto significa que lo ponemos al fuego un par de minutos por cada lado hasta que se selle bien la carne.

Ahora añadimos todas las verduras, las dejamos pochar unos 5 minutos y añadimos los líquidos del adobo y las especias. Lo dejamos cocinarse, destapado y a fuego medio, unos 40 minutos, aunque esto dependerá siempre del tamaño de la pieza.

Una vez cocinado el jamón, retiramos la hoja de laurel y parte de la pimienta [podéis dejar 5 o 6 bolitas, para que no esté muy fuerte] y trituramos las verduras con el líquido que haya quedado.

Si la salsa está muy líquida, la devolvemos al fuego 5 o 10 minutos, para reducirla. Y servimos la carne fileteada con la salsa por encima.

PAN INTEGRAL AL 80% DE DOS HARINAS CON SEMILLAS [CON LEVADURA]

$
0
0




La receta de esta entrada es de un pan integral al 80% [con un 20% de harina blanca] y está hecho con levadura, sin usar Masa Madre.

Tiene una hidratación del 60-65% [ahora lo vemos]. Está hecho a partir de dos harinas diferentes, y tiene semillas de lino y sésamo incorporadas a la masa.

~ ~ ~
LA FÓRMULA 
~ ~ ~

INGREDIENTES
[UN PAN DE 750 GRS]

Soaker
Harina principal blanca, 90 gr
Harina alternativa integral, 135 gr 
Agua, 150 gr
Sal, 3 gr

Biga
Harina principal integral, 225 gr
Agua, 150 gr
Levadura seca, 1,2 gr [o 3,6 gr de levadura fresca]

Resto
Sal, 6 gr
Levadura seca, 1,8 gr [o 5,4 gr de levadura fresca]
Semillas al gusto

~ ~ ~
LA RECETA
~ ~ ~

INGREDIENTES
[UN PAN DE 750 GRS]

Soaker
Harina blanca de trigo, 90 gr
Harina integral de trigo sarraceno, 135 gr 
Agua, 130 gr
[Para la versión sin semillas de lino, se utilizan 150 gr de agua]
Sal, 3 gr

Biga
Harina integral de trigo, 190 gr
[Los 35 que faltan se reservan para el final, esto tiene que ver con el lino]
Agua, 150 gr
Levadura seca, 1,2 gr [o 3,6 gr de levadura fresca]

Resto
Harina integral de trigo, 35 gr
[Si no usamos semillas de lino, añadiremos esta cantidad a la biga en lugar de apartarla]
Sal, 6 gr
Levadura seca, 1,8 gr [o 5,4 gr de levadura fresca]
Semillas de lino, 30 gr
Semillas de sésamo, 20 gr




MODUS OPERANDI

DÍA I. Soaker, biga, preparación del lino

Utilizaremos dos boles. En uno mezclamos todos los ingredientes del soaker, hasta que se integren. En otro mezclamos todos los ingredientes de la biga, hasta que se integren. Lo haremos siempre en ese orden para evitar contaminación de levaduras en el soaker.



Los dejamos reposar a temperatura ambiente un rato, digamos 30 minutos, para que las primeras levaduras empiecen su trabajo antes de retardar la fermentación. Y lo metemos a la nevera, donde lo podremos dejar entre 12 y 36 horas, sin problema, fermentando a baja temperatura.

El fermentado a baja temperatura sirve para dos cosas:

...Hace que el pan desarrolle despacito todo su sabor, y que la miga sea maravillosa y perfecta.
...Te permite el lujo de seguir con tu vida mientras haces pan.

Preparación del lino

Ponemos las semillas de lino en agua, la proporción es 2.2 veces más agua que lino [en volumen]. Esto, en peso, son 30 grs de lino y 85 grs de agua. Lo dejamos entre 8 y 12 horas. Después de este tiempo no es nada fácil retirar el exceso de agua, de modo que vamos a ser cuidadosos con no poner de más.



DÍA II. Amasado, formado, horneado

Amasado, incorporación de las semillas

Sacamos los dos boles de la nevera, y esperamos 30 minutos a que tengan una temperatura más tibia.

Sobre la encimera donde vayamos a amasar [limpia y seca] ponemos el soaker y la biga, añadimos por encima la harina reservada, la sal y la levadura, y comenzamos a amasar.


No es necesario hacer un amasado super intensivo, sino un pequeño ciclo de amasado y descanso:

Amasar 2 minutos - Descansar la masa 5 minutos - Amasar 2 minutos
Si tu masa es difícil, utiliza el amasado francés.

Incorporación de las semillas

En uno de los boles que hemos utilizado, ponemos las semillas. Las de lino estarán viscosas, es normal. Las dos modificaciones de la fórmula de este pan [bajar la hidratación y guardar parte de la harina para el amasado] sirven para controlar la masa ahora. Junto al lino, hemos aportado una pequeña cantidad de agua, que hidrata la masa, y si no lo controlamos desde el principio, ahora podemos tener un serio problema en forma de masa-alien con vida propia.

Metemos la masa en el bol, y con las manos húmedas, nos liamos a estrujar la masa hasta que las semillas estén incorporadas. Una vez no haya semillas fuera de la masa y ésta no sea viscosa [paciencia, tarda un poco] le damos dos vueltas de amasado y pasamos al formado.



No conviene amasar con las semillas incorporadas, los granos duros dañan la masa, le daremos un par de vueltas para que tenga una forma adecuada, nada más.

Formado

Para formar el pan es necesario tener las manos mojadas, las masas integrales no son nada dóciles, como las blancas, hay que cogerlas y darles forma con las manos mojadas como si moldeáramos arcilla, hasta que tengamos un pan alargado o redondo, como vayamos a quererlo.



Metemos esta masa en un molde o banetón [yo hace tiempo que siempre uso molde, con papel de horno en la base porque es cerámica] y la dejamos levar, alejado de corrientes o cambios de temperatura, cubierto de harina integral de centeno [se pega menos que las demás] y tapado con film transparente, hasta que veamos que ha doblado su volumen o que en la superficie salen unas burbujitas de aire. En verano tarda 45 minutos, en invierno hasta 3 horas*. Lo de las burbujitas está al límite, si lo dejas un poco más, lo pasas de levado.

*Truco del almendruco para que el pan leve rápido:
...Poner una manta polar por encima, reduce el tiempo a la mitad
...Hervir agua en un cazo, y meter el cazo al horno o al microondas [da igual mientras sea un compartimento estanco] y poner al lado el pan. Tarda 30 minutos en levar ayudado con el vapor de agua caliente. Le estaremos restando sabor, pero si hay prisa, hay prisa.

Horneado

Antes de hornear, haremos una última operación: greñar el pan. Le haremos un corte como más nos guste en la superficie, para facilitar que se abra y salga el vapor por él. Pero no siempre se abrirá por ahí, la fuerza del horno a veces los abre por otro sitio, es como una lotería. En este pan, lo que ocurrió es que lo dejé ligeramente a un lado de la bandeja [porque aproveché el horno para otra cosa al mismo tiempo] y el calor lateral lo abrió por un lado, como se puede ver en las fotos. No pasa nada, lo hemos querido igual mientras ha durado.

Este pan se hornea a 225º 10 minutos, se baja a 200º y se continúa unos 25-30 minutos más. Para comprobarlo, sácalo del molde, golpea por debajo y si suena a hueco, está cocido. También puedes clavar un termómetro de cocina y ver que su temperatura interior ha alcanzado los 200º.



GRISINI INTEGRALES CON QUESO, ROMERO Y TOMILLO

$
0
0
CAL 327,5 · HC 47,8 · PR 10,3 · GR 11,8 [100 G]






Este será mi equipaje.

Sí, habéis visto bien, son palitos de pan. Me encantan. Y no solo a mí.

Hace algún tiempo, mi padre vivía en un pueblo muy pequeño donde no hay panadería. Bueno, no hay tiendas en general, como concepto, excepto el almacén de la Pili donde podías comprar desde betún para los zapatos hasta latas de guisantes pasando por batas o zapatillas de goma.

El panadero pasaba cada día por el pueblo, con su furgoneta, y repartía el pan por las casas. Pegaba una voz, y si no estabas, lo dejaba en una bolsita de algodón que se colgaba en la puerta. Muy rústico y encantador todo.

Y además del pan pan blanco, pan integral, pan gallego el panadero llevaba colines, en una cesta al lado de su asiento, y cuando los niños de la casa salían a coger el pan, les daba un colín para la vuelta.



Uno de esos niños es mi hermana pequeña [yo no llegué a vivir en ese pueblo]. Que ya no es tan pequeña pero se acuerda todavía de los colines de Luis, el panadero. Nunca me había dado por hacerlos, porque mi visión de los colines es la de los panes hipertostados y supergrasientos que nos dan en bolsitas en un sitio donde suelo ir a comer.

Nunca los como, me los subo a la oficina y los voy dejando ahí para si un día nos da el hambre tonto y no hay otra cosa. O por si un día necesitamos hacer un dique por algún motivo loco y nos pueden venir bien las montañas de colines que se acumulan silenciosamente en la cocinita.

Es curioso como se desvirtúa algo tan natural y tan sano como un pan, solo porque va en una bolsita de colores. Debe ser que entre que reducen costes y esas cosas, se les quedan los grissini torinesi [como dice la bolsita] desangelados y para compensar la falta de sustancia y sabor, le enchufan una dosis de grasa vegetal y arreando para el mercado, listos para consumir.

Salados, grasientos, insípidos. Esa es mi idea de los grisini. No deben ser como los colines de Luis el panadero, o eso espero porque lo que va en mi equipaje ahora que voy a ver a mi hermana son estos, más gorditos, más auténticos, y un poquito integrales, que si no sería raro en mí.

He usado una receta de Dan Lepard, y me la he medio inventado por el camino. Así para empezar, dos terceras partes de la harina las he integralizado. Y para continuar he sustituido la mantequilla de la versión original por aceite, que me gusta más y entona perfectamente con el sabor del romero y el queso.

Por lo demás, quitando la parte de que he amasado como me ha venido mejor y no siguiendo los ciclos de amasado y descanso de Dan [sí, de verdad que la receta a pesar de todo es la suya], todo igual que como nos lo explica en su libro. Bueno, he cambiado la proporción de levadura... vaya. Igual no he sido muy obediente.

Lo bueno de ir conociendo las masas de pan, es que una vez te haces con el porcentaje de panadero, el poder es tuyo. Si eres capaz de calcular tu porcentaje, y conoces la relación levadura-tiempo-temperatura... un día dominarás el mundo. Bueno, o igual no, pero harás pan. Y estará rico.




INGREDIENTES
[4 BANDEJAS DE HORNO]

Prefermento
Harina floja, 75 g
Leche tibia, 125 ml
Levadura seca, 1,5 g [o 4 g de levadura fresca]

Masa
Todo el prefermento
Harina integral floja, 150 g
Aceite, 40 g
Queso crema, 25 g
Sal, 4 g
Romero, tomillo, otras hierbas al gusto y a discreción

MODUS OPERANDI

Prefermento

En un bol, ponemos la leche tibia [cuidado con que no pase de 37 ºC o mataremos la levadura], añadimos la levadura y la disolvemos. Incorporamos la harina, mezclamos bien, tapamos y dejamos reposar una hora.

Cuando esté listo, la superficie estará burbujeante. Si hace frío puede que tarde un poco más, pero si hace mucho calor no lo dejes tanto tiempo, estará listo mucho antes. Fíjate en las fotos, ese es el aspecto que deberá tener.



Masa 

En el mismo bol del prefermento, incorporamos todos los demás ingredientes. Los mezclamos bien hasta que la masa sea manejable, y añadimos hasta una cucharada de harina más si vemos que nos hace falta. La masa debe ser blanda, tenlo en cuenta. Añadir harina en exceso no suele ser buena idea.

Amasamos durante 5-10 minutos, hasta que veamos que la masa opone cierta resistencia. Y en ese momento la ponemos otra vez en el bol, tapamos de nuevo y la dejamos levar una hora. Lo mismo que antes, la temperatura incide en el tiempo de levado, así que dale más tiempo si hace frío, y un poco menos si hace calor. La masa tiene que doblar el volumen, ese es el punto.

[En algún momento antes de formar los grissini, debemos precalentar el horno. Cada horno necesita un tiempo, así que en función del tuyo, ponlo a precalentar para que esté a 250 ºC cuando empieces el siguiente paso, vamos a tardar muy poco en llevarlos al horno.]



Pasamos la bola de masa a la encimera, y la estiramos cuidadosamente con un rodillo, sin desgarrarla ni romperla, solo la estiramos y la dejamos lo más cuadrada que podamos. Espolvoreamos unas semillas de amapola si nos apetece, y presionamos ligeramente con el rodillo para que se peguen.

Cortamos pequeñas porciones alargadas con un divisor de masas o con un cuchillo afilado. Para cortar la masa tendremos cuidado de no arrastrarla con el cuchillo, el corte es de arriba hacia abajo y limpio, no movemos el cuchillo por la masa, porque la desgarramos. Las masas sufren si las desgarras, y se vengan de ti en el horno creciendo irregularmente y abriéndose por los lados.

Cogemos cada porción, la enrollamos ligeramente haciéndola rodar sobre la mesa o haciendo con las manos tirabuzones, y las dejamos en la bandeja de hornear.

Se hornean a 225 ºC durante 10-15 minutos. Pero no las pierdas de vista, se carbonizan con cierta facilidad...

LENTEJAS AL CURRY [LLAVES]

$
0
0
CAL 203,7 · HC 23,0 · PR  9,1 · GR 6,9 [POR RACIÓN]





Si aún no has hecho un gesto de extrañeza, te invito a mirar la foto de nuevo.

Sí.

Es una llave.




No estoy tan chalada como para intentar comer unas lentejas con una llave oxidada. La he traído hasta aquí por una razón.

Hace 4 años, en 2010, inicié una aventura como brigadista internacional, y me fui a Cisjordania a reconstruir las casas que la administración israelí derriba a la población palestina.

Todos conocemos más o menos el conflicto. No quiero entrar en hacer ahora un análisis de la historia, en contarlo detenidamente, primero unos, después otros, y finalmente todos tenemos una parte de culpa, solo que muy desigual [tenemos en primera persona: el silencio es el mayor culpable].

No voy a entrar en juicios que por supuesto hago, porque este no es el espacio para compartirlos. Puedes leerme en Cooking Palestine si quieres saber más cosas.

Hoy, llueven misiles sobre Gaza. Y yo quiero que hagamos una breve reflexión. Van más de mil civiles asesinados [en la tele se llaman muertos, como si nadie los hubiera matado], en un genocidio al que algunos medios de comunicación insisten en llamar guerra, sin serlo. Para que haya una guerra, tiene que haber dos bandos, y lo de Hamás... no lo justifico, pero no es ni con mucho un ejército.

Nuevamente se ocupan más y más territorios a Gaza, esa pequeña franja asfixiada por un bloqueo irracional. En Gaza no entra asistencia de ningún tipo, y si los pescadores se alejan de la orilla para conseguir peces, soldados israelís les disparan con fuego real.

¿Y?

Silencio.

Hoy, quiero traer una reflexión en memoria de todos los palestinos que han sido expulsados de Gaza, los que no volverán a sus casas. Para recordarles, traigo mi propio recuerdo.

La llave.

Hace 4 años, escribí esto:
Las llaves abren la puerta a nuestras vidas. A la ducha de agua caliente, a la taza de té, a esas zapatillas de felpa, a los libros en las estanterías llenas de nuestro polvo y nuestros recuerdos, al rincón soleado donde duerme el gato. A la tibieza de la cama, al tiempo inmóvil de la siesta los domingos. El café, el pan, la almohada y la colada recién planchada están detrás de las llaves, junto a nuestro sillón y nuestro libro.

Todo lo cálido, lo personal, lo amable, la soledad y hasta lo feo y lo triste están tras las llaves. Y todo ello sin excepción, lo amamos.
Se puede decir que una casa es una construcción de cuatro paredes con compartimentos interiores. Pero no es así. Una casa es más que eso, es un hogar. Una casa es risas, juegos, teléfono, conversaciones, café a media tarde, chocolate, trajín de fogones, sueño y cumpleaños en familia.

Por eso las llaves son importantes en Palestina.

Las llaves abren la puerta del pasado vivido, del futuro por vivir.

Los refugiados guardan las llaves que una vez abrieron sus vidas, y las transmiten de padres a hijos. Para que cuando vuelvan a sus hogares, quede un recuerdo de su pasado.

No importa que las casas no existan, o que no tengan puertas. Las llaves no abren puertas en Palestina.
Cuando los palestinos fueron despojados de sus casas, en la Nakba, en 1948, muchos de ellos huyeron con lo puesto. No se llevaron nada, excepto sus llaves. Las llaves de las que hasta entonces, habían sido sus casas. No tienen escrituras, papeles, documentos. Pero ellos transmiten las llaves de generación en generación, para que los hijos de los hijos de sus hijos, puedan volver a abrir las que fueron sus casas.

Compré esta llave a un anticuario en la pequeña ciudad de Nablus, una ciudad que ha vivido durante años el asedio de un puesto de control que mantenía la ciudad cerrada a cal y canto. Una ciudad de mártires, y de supervivientes. Pagué por ella 20 sheckels, y me la llevé con la condición de devolverla a su dueño [que no soy yo, yo solo la custodio] si un día vuelve a su casa.

Fue una condición hecha de aire, ni sé de quien es, ni lo sabe el anticuario, ni la casa cuya puerta abre existirá ya. Pero si un día alguien me llama, y me la pide, me obligo a devolverla. Aunque me la pida el dueño de otra casa. La llave, eso es lo que importa.

#FreeGaza






INGREDIENTES
[4 PERSONAS]

Lentejas, 125 g [peso en seco]
Cúrcuma, 1/4 cucharadita
Jengibre, 1/2 cucharadita
Ajo, 1 diente
Semillas de cilantro, 1 cucharadita
Comino en polvo, 1/2 cucharadita
Comino en semillas, 1/2 cucharadita
Cebolla, 1 pequeña
Tomate, medio
Judías verdes, 120 g
Repollo, 120 g
Zanahoria, 120 g
Cilantro fresco, un puñado
Cayena, al gusto [opcional]


MODUS OPERANDI

La noche antes de comenzar a guisar, ponemos las lentejas en remojo. Debo hacer una advertencia: los tiempos de esta receta son orientativos, yo uso unas lentejas pardinas muy menudas que cuecen bastante rápido. Si las tuyas son más lentas, modifica la receta hasta que queden tiernas.

Empezamos poniendo en una olla bastante grande las lentejas, agua hasta cubrir y un poco más, y la cúrcuma. El agua se puede rectificar más adelante, pero lo idóneo es un dedo y medio por encima de las lentejas. Ahora no vamos a poner sal.

Llevamos las lentejas a ebullición, bajamos el fuego y las dejamos hacerse 20 minutos a fuego medio.

Mientras tanto, vamos a preparar las especias. En el mortero, ponemos jengibre, ajo, semillas de cilantro [o cilantro en polvo si tienes] y comino en polvo, y lo majamos hasta tener una pasta densa y más o menos homogénea. A esta pasta añadimos 3 cucharadas de agua, y lo mezclamos bien. La reservamos.



Picamos la cebolla muy menuda, y el tomate en daditos pequeños. Es importante que lo tengamos preparado, vamos a ir rápido ahora.

En una sartén ponemos dos cucharadas de aceite, y añadimos las semillas de comino. Al cabo de solo 5 segundos, incorporamos la cebolla, y lo dejamos pochar unos dos o tres minutos. Añadimos en este momento la pasta de especias, dejamos evaporar el líquido [uno o dos minutos más] y por último incorporamos el tomate. Lo dejamos 5 minutos, retiramos del fuego y reservamos.



Nos queda un ratito para que las lentejas cumplan sus 20 minutos, así que vamos a preparar las verduras. Limpiamos y cortamos en tiras delgadas las judías verdes y la col, y en bastoncitos o dados la zanahoria. En las fotos podéis ver como he cortado todo, es importante para que el resultado sea el que queremos, que cortemos todo menudo, o parecerá un potaje de verduras con lentejas por medio, en lugar de un curry. Dedícale un ratito a cortarlo bien!

Preparamos un puñado de cilantro fresco: Retiramos los tallos y picamos las hojas.

 
 

En cuanto terminen los 20 primeros minutos de las lentejas, incorporamos a la olla todas las verduras y el cilantro fresco, la cayena si vamos a usar, y lo volvemos a poner al fuego 15 minutos más. Y no, todavía no ponemos sal.

Al cabo de estos 15 minutos, incorporamos a la olla las verduras que teníamos en la sartén [cebolla, tomate, y pasta de especias ¿las recuerdas?], y salamos sólo después de haber probado el caldo para no pasarnos, porque es un guiso muy sabroso, y lo dejamos otros 5 minutos moviendo suavemente la olla para que los sabores se integren.

Finalizamos espolvoreando cilantro fresco sobre el plato en el momento de servirlo.
 

 

 

 

 



CREMA FRÍA DE REMOLACHA

$
0
0
CAL 171,9 · HC 26,3 · PR 4,8 · GR 6,1 [POR RACIÓN]




Soy la nueva vecina del edificio.

Bueno, no solo yo. El soñador, la gata y una amiga que vive con nosotros. Poco a poco, nos vamos haciendo al barrio, que es el de antes pero en otra zona más transitada y más viva. Y al edificio.

Hay muchas cosas nuevas que entran a formar parte de tu vida cuando te mudas. Las compañías de suministros corren solícitas a ayudarte a establecer tus nuevos contratos asociados a tu cuenta bancaria. Y poco a poco encuentras un frutero, un charcutero y un todoacien.

Y también nuevo bar para esas cañitas veraniegas y hasta nuevo gimnasio.

Lo más intenso cuando uno se muda, es el nuevo vecindario. Es todo un estudio antropológico el que tienes que hacer cuando hay mudanza de por medio.

Que yo antes, conocía a mis vecinos. Más que nada porque compramos aquellos pisos juntos, y reunión va, barbacoa viene, nos íbamos conociendo. El que pone la tele a todo trapo en la terraza de su ático. La que encarga pizzas a domicilio y baja los cartones a la papelera comunitaria para no sacar la basura. El que es como un fantasma, que sospechamos que trabaja temporadas largas fuera de España. El que aparca el coche y la moto en su plaza aunque no se puede. Y unos vecinos que tienen 5 hijos como 10 salvajes.

Y ahora, vuelta a empezar.

Poco a poco, nos vamos conociendo. El edificio es antiguo, y tiene una corrala en su interior donde dan varias habitaciones de todas las casas, y donde los vecinos ponemos nuestras plantas y algunos, hasta los tendederos plegables.

El administrador del edificio, que además es vecino, y su mujer, son una versión analógica de Radio Patio FM. Ya me han contado vida y milagros de la mitad de mis vecinos, y por supuesto, de mi casera y su difunto marido, véase dedicaciones profesionales desde la mili a la jubilación, hijos, y relación de pareja.

También me hizo un repaso de los que limpian y de los que no, las zonas comunes que nos corresponden a cada uno. Y cuando me dio la llave de la azotea [para tender, prohibido quedarse más tiempo, ni a mirar el horizonte] me advirtió que a veces desaparecía ropa... interior. Glups. Pasé los primeros meses tendiendo las bragas en el radiador.

El vecino de un lado, es el soltero. Un señor mayor, soltero y sin hijos, y la hermana le ha ayudado con la obra de su casa [la han tirado entera y vuelto a hacer, y los obreros me tienen frita de tanto ruido y polvo] porque el piso irá a los sobrinos y claro... por ir adelantando.

Tenemos un caraloco*, un hombre cuarentón con una panza enorme, que camina con la mirada ausente y a veces se queda parado mirando algo y entra como en trance y no se mueve. Va al super, se compra una lata de refresco y unas patatas fritas, y se sienta en la marquesina del autobús a pasar la tarde. No sabemos si se relaciona con los vecinos, pero sí saluda cuando nos ve.

*Para entender caraloco, escuchar Narco

Luego está la del tercero: la de porsiacaso, que el otro día escuchó a mi compañera de piso subir a la azotea, y salió detrás, sigilosa y despacito, para ver quien era. Cuando se dieron el susto [una bajando de tender y la otra subiendo medio a escondidas] le dijo Ay, hija, perdona. Es que oí ruidos y subía a ver por si acaso habían ido a la azotea a beber y a drogarse. Cosa que de momento no tengo constancia que haya ocurrido, más bien me imagino a algún nuevo vecino disfrutando de la noche con una cerveza y unas patatillas, y de ahí habrá degenerado a una orgía de sexo, drogas y alcohol en nuestra azotea. Que nos empezamos a conocer.

Hay otra vecina, la insomne, a la que nos hemos encontrado de madrugada andar nerviosa pasillo arriba-pasillo abajo, encendiendo la luz cada vez que se apagaba [con el eterno agradecimiento de Iberdrola que seguro que le felicita la Navidad] y la puerta de su casa abierta, en actitud de esperar a alguien. Una hora más tarde, mi compañera de piso se la encontró exactamente igual que nosotros, y más que tarde empezaba a ser... temprano.

Y está el recogidito, que cuando ve papeles pegados en el portal o puestos en las puertas los quita. Esto es: registro de contadores de gas, papelitos para apuntar el consumo de agua [ya tengo el mail de la compañía para mandar el suministro, porque el papelito desaparece antes de que lo veamos] y avisos en general.

Y esto.



[He pixelado el  nombre del distrito]

No sé de quien es. He revisado todos los buzones buscando a un Rafael, pero o se ha cambiado el nombre o no lo ha puesto en el buzón. La nota en cuestión apareció en el suelo del pasillo de la corrala, cuando barríamos. Supongo que se voló de la puerta donde lo habían metido y terminó en mi felpudo. Porque aquí, el anterior inquilino no se llamaba así [aún le llegan cartas] y el marido de mi casera falleció hace años, así que por este piso, imposible que sea. No ha habido más inquilinos.

Otra posibilidad, el dueño de la empresa que está haciendo la obra al de al lado. Que yo a ratos también quiero matarlos, ojo, porque me están arruinando las plantas a base de polvo de yeso y además me fastidian mis primeras siestas vacacionales, pero la verdad, que yo me conformo con soñar... Tanto como amenazarles, aún no!

Ah, y olvidaba a los autogestionados. Mirad esta foto de su balcón [el resto es para no perdérselo pero me parece un poco fuera de lugar dar una imagen más amplia sin permiso ni nada... lástima de objetivo chusco de mi cámara]. Que a mí, que conste, esto me parece estupendo. Pero es que cuando me mudé del otro piso yo soñaba con dejar de tener gallinas entre mis vecinos... Estas por lo menos no cacarean de madrugada, están mucho más civilizadas. Que me van a caer bien y todo.


Para quien no lo sepa, esto es Madrid. Y no a las afueras, no... Madrid capital.

En fin, ¿Y vuestros vecinos? ¿Son gente maja? ¿Les podemos invitar a una crema fría de remolacha?





INGREDIENTES

Remolacha fresca, 800 g
Patata, 1 mediana
Cebolla, 1 grande
Aceite, 2 cucharadas
Sal, pimienta
Caldo de verdura


MODUS OPERANDI

Limpiamos y cortamos en dados la remolacha. Reservamos las hojas si son tiernas, porque son estupendas para hacer ensalada, bien limpias y cortadas en juliana.

Pelamos y troceamos la patata, cortamos la cebolla en juliana. En una sartén con un poco de aceite, sofreímos dados de remolacha, patata y cebolla durante unos 5-10 minutos, o hasta que la cebolla esté blandita.

Cubrimos todo con el caldo de verdura, o en su defecto con agua y un concentrado de caldo, y lo cocemos durante 30 minutos.

Retiramos del fuego, lo trituramos lo más fino que nos sea posible, rectificamos sal y pimienta y lo guardamos en la nevera hasta que lo vayamos a comer.

Se sirve bien frío.


ARROZ SEFARDÍ [CON ARÁNDANOS, GARBANZOS Y MUCHAS ESPECIAS]

$
0
0
CAL 319,1 · HC 65,3 · PR 11,2 · GR 2,2 [POR RACIÓN]



Los que habéis leído mi último post, tal vez os acordéis de esta foto y de su historia.



Recapitulo: Andaba yo divagando sobre las vidas de mis nuevos vecinos, en plan antropóloga de pacotilla, [esto es como marujear pero en fino], cuando de repente, levanto la vista y veo lo nunca visto hasta ahora: mi vecino de enfrente, ha decidido echar 4 gallinas y un pequeño pavo a su balcón.

Qué oportuno, ahora que andaba yo marujeando a toda la blogosfera sobre mis nuevos vecinos, y viene este y me alegra el post con una historia de lo más ocurrente. Así que cogí mi cámara, me escondí tras las cortinas, y asomando solo el objetivo les hice estas fotos [lástima de teleobjetivo que no tengo].

Terminé post y receta, me cambié y me fui al gimnasio como cada tarde a recibir mi dosis diaria de sufrimiento sin el cual, la caña con patatas fritas de después no sería tolerable para mi conciencia-cuenta-calorías.

Y ahí voy yo, mochila en mano, cuando al doblar la esquina de mi portal, levanto la vista y me veo a una de las gallinas en la jardinera... del vecino de abajo. Muerta de risa escribo un whatsapp al Soñador y le pregunto que si prefiere caldo o croquetas para cenar. Tras intentar sin suerte localizar a alguno de los dos vecinos [el dueño de las gallinas o el que tenía a una de ellas en sus jardineras] desisto y me voy al gimnasio, dejando al Soñador al cargo de la situación. Aunque poco se podía hacer.

La cosa peliaguda es que el vecino de abajo, tiene el balcón cerrado y solo sobresalen los hierros de las jardineras antiguas, esas que cuelgan por fuera en las casas viejas, es decirse, que la gallina emancipada andaba haciendo malabares en una jardinera vacía y desangelada, sin poder moverse de ahí.

Decidimos no llamar a los municipales y esperar a que algún vecino llegara y solucionarlo pacíficamente. Porque a pesar de que no es legal hacer esto, tampoco queríamos fastidiar a esta gente que solo quería comer huevos de vez en cuando. Que peores cosas pasamos por alto, y mayores delincuentes pueblan las calles como para andar fastidiando a estos pobres incautos.

Pero mira tú que a la vuelta del gimnasio... me encuentro con que la gallina emancipada ya no estaba. Y los que sí estaban eran los municipales. Cachis. Eso es una multa segura. Alguien había llamado.

El resto de la tarde fue de lo más entretenido, y la pena es que por la noche y con las gallinas moviéndose mi cámara no da para más y no pude hacer fotos nítidas.

Llegan los municipales. Rescatan a la gallina emancipada [esto antes de llegar yo]. Suben al piso del dueño de los animalillos, y empiezan a hacer foto tras foto al improvisado gallinero. Que me puedo imaginar el twitter de los municipales esa tarde.

Al rato, llega el servicio veterinario del ayuntamiento, porque sí, las gallinas no se consideran animal de compañía [que digo yo que esto es un poco injusto, ellos no saben si las gallinas le acompañan a uno o no] y se las van a retirar.

Todo esto con dos coches de municipales aparcados en la calle, y varios agentes de brazos cruzados esperando que esto se resuelva. Que si lían esta para 4 gallinas y un pavo... el día que se escape un bulldog igual llaman al ejército.

Mientras todo esto sucede, las gallinas que no son tontas y algo se huelen, se quieren largar de ahí [el gallinero es realmente rudimentario: un cabecero de cama en un lado y un tendedero plegable en otro... y nada por arriba, y mira que todos sabemos que las gallinas algo pueden volar]. Así que ahí está el municipal del balcón ayudándose de un escobón para azuzarlas cada vez que una asomaba la cabeza por los hierros o amenazaba con desplegar alas. Que contenía una y se le asomaba otra. Como en los videojuegos, pero sin mandos.

Cuando el servicio veterinario las está retirando, otra gallina que se lo veía venir, tuvo sentido común y echó a volar largándose del balcón y dejando plantados a agentes y veterinarios. ¿Y a donde fue? Gallina lista, a la terraza del bar de la plaza.

Y aquí tenéis al agente robocop que estaba de guardia en la calle, que no se mueve de su sitio porque yo no tengo guantes, no la cojo. Y la gallina toda feliz picoteando las patatas fritas que hay por el suelo. Y el tío que nada, que no fue ni a vigilarla por si se iba más lejos.

Al final fue el dueño del bar el que la agarró y se la llevó al servicio veterinario que acababa de bajar del piso con los otros 4 animales. Pero vamos, que el agente, ni acercarse. Madre mía, que yo si un día me encuentro un atracador mejor pido ayuda al dueño del bar, porque al agente... habrá que verlo! A ver como se le acerca sin guantes!

La gente del bar, os podéis imaginar cuando ven una gallina aterrizar entre las mesas. Revuelo, risas, fotos y los niños que se abalanzaron sobre ella en cuanto la vieron [no hubo daños]. Y nosotros, viendo desde el balcón toda la película, que un entretenimiento así no se lo encuentra una todos los días.

Y ese, queridos y queridas, fue el final del gallinero... el balcón vuelve a estar triste y solitario, y desde luego espero que a estos vecinos no se les ocurra ahora hacer alguna locura como criar conejos o caracoles... porque habrá que verlo!





INGREDIENTES
[4 PERSONAS]

Arroz basmati, 160 g
Aceite, 3 cucharadas
Sal
Agua hirviendo, 240 ml
Comino en polvo, 1 cucharadita
Curry en polvo, 1 cucharadita
Garbanzos cocidos, 140 g
Cebolla tierna, 1 pequeña
Harina integral, 1 cucharadita
Arándanos deshidratados, 75 g
Perejil
Cilantro
Eneldo

MODUS OPERANDI

Antes de empezar, hervimos el agua. Pon una poquitina más por la que se pueda ir evaporando. Vamos a organizar un poco de lío de sartenes para hacer este plato, pero valdrá la pena, no desistas por ello!

En un cazo, ponemos a calentar el arroz con una pizca de sal y una cucharada de aceite, y le damos un par de vueltas durante un minuto. Con fuego medio, y poco a poco, vamos añadiendo el agua hirviendo. Primero un cacito, cuando lo haya absorbido otro, y así hasta que la terminemos. Deberíamos tardar 15 minutos.

Tapamos con un paño y lo dejamos reposar 10 minutos.

Por otro lado, en otra sartén ponemos otra cucharada de aceite, añadimos el comino y el curry y le damos dos vueltas rápidas para incorporar los garbanzos, y salar. Los salteamos dos minutos, y reservamos.

Ya tenemos el arroz hervido y reposado, y los garbanzos salteados con las especias.

Ahora en una nueva sartén, esta vez una grande, ponemos la última cucharada de aceite. Cortamos la cebolla en aros, y la añadimos a la sartén junto a la cucharada de harina*. Cuando esté blandita, añadimos a esta sartén el arroz, los garbanzos, los arándanos y las hierbas [lo ideal es que sean frescas].

Servimos inmediatamente.

Si quieres tener este plato preparado con antelación, puedes dejar los garbanzos y la cebolla listos, los arándanos pesados y preparados, y las hierbas cortadas. Haz el arroz antes de comer, y saltea todo junto. Pero no dejes el arroz preparado con tiempo, se estropeará.

*En la versión original se embadurnan los aros de cebolla en harina y se fríen. Yo he optado por una versión muy aligerada, y queda francamente bien. No he prescindido de la harina porque ayuda a ligar los sabores y le da consistencia.





Fuente: Delicious stories
Viewing all 56 articles
Browse latest View live